Uno se pasa desde el cine político a la comedia. El otro al cine de terror y pornográfico de vanguardia, mientras da un paso más en la provocación sin estribos. Ken Loach y Lars Von Trier presentaron este lunes sendas películas en Cannes, que resultaron ser como agua y aceite, dos caminos irreconciliables del cine de autor europeo.
Mientras Loach aparca el discurso militante en Looking for Eric, para entregarse a un código más popular y luminoso, de la mano del ex futbolista del Manchester United Eric Cantona; el danés desató con Anticristo la indignación , al tiempo que abrió el espinoso debate sobre su estado mental y sus intenciones cinematográficas y morales. Uno recibió aplausos, el otro, abucheos y, curiosamente, provocó ataques de risa en la proyección. Uno es anodino formalmente, el otro, brillante. Uno será un taquillazo; el otro, tendrá problemas de distribución.
Las películas transitan por caminos opuestos del cine europeo
El teatro Lumiere rompió en aplausos y gritos de júbilo , como si se tratara de un campo de fútbol. La historia sencilla de un cartero al que se le aparece Cantona para ayudarle a poner orden en su vida, marcó la mayor ovación del festival. Loach cubrió de halagos a Cantona, coproductor del filme.
"Es carismático, alguien que tiene tanta creatividad dentro del campo no puede ser mal actor", dijo. El bueno de Loach no se vio nunca antes en una así: por primera vez en su carrera, y a los 72 años, tuvo que lidiar con fans y paparazzis merodeando por el set de rodaje.
Cantona llamó a Loach hace tres años para proponerle rodar un filme sobre su relación con un aficionado . "Había hecho varias películas duras. Me apetecía cambiar. Pero no es sólo una comedia, tiene algo de tragedia, de tristeza", contó Loach. En efecto, aunque su optimismo lo aparte de su discurso habitual, el filme mantiene algunas características de su cine: la exaltación de la colectividad o el realismo social.
Escándalo por todo lo alto
Anticristo puede ser la película más perturbadora de Lars Von Trier: una pesadilla filmada, un viaje a la oscuridad, que muchos calificaron de gratuita. Pero Anticristo es una obra maestra de la creación de atmósferas. El filme arranca con una secuencia en blanco y negro, rodada a cámara ultralenta, en que la pareja protagonista (Willem Defoe y Charlotte Gainsbourg) folla, mientras su hijo cae por la ventana. Pura belleza.
Pero los problemas empiezan más adelante, cuando la pareja decide irse a una cabaña en el bosque para pasar el duelo y la película empieza su descenso a los infiernos. Es la entrada a un mundo oscuro, sádico y hasta absurdo , y con una visión de la mujer más que discutible. En Anticristo hay zorros que hablan, brujas, una eyaculación sangrienta y hasta una ablación.
La película, nacida de la profunda depresión que ha vivido el director en los últimos años, se debate entre la gratuidad, la burla o la honestidad, algo que señaló un Von Trier tembloroso y visiblemente sedado. "Soy el mejor director del mundo", dijo. ¿Otra provocación más?
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