viernes, 22 de mayo de 2009

Aute: “El mundo es nuestro territorio común”


Alguna vez Luis Eduardo Aute explicó que “Al Alba” fue una de las canciones que escribió más rápidamente. Una respuesta urgente a los últimos cinco fusilamientos del franquismo en septiembre de 1975. El Caudillo, como llamaban a Francisco Franco, tenía las horas contadas. En manos del público, la canción podría convertirse en un himno que le pusiera fin a la barbarie. Treinta y cuatro años después, Aute sigue reivindicando al ser humano como el gran motivo de sus trabajos. “Un bicho capaz de ser generoso al extremo o un genocida al extremo”.
–¿Está de acuerdo con que el ser humano pertenece más a su tiempo que a su contexto geográfico?
–Estoy muy de acuerdo con eso. El territorio que tenemos es pequeño y si quedamos encerrados en él, terminamos mirando en pequeño. El mundo es nuestro territorio común. Un mundo poblado por seres humanos con distintas características biológicas. El concepto de nacional o de territorialidad me resulta ajeno y estoy encantado de que me resulte ajeno. La palabra Nación no me gusta: llevada a su extremo produce el nazismo. El ser humano es universal. Personalmente no me siento con raíces en ningún sitio. En España llevó muchos años viviendo, nací en Filipinas, mi lengua materna es el inglés, en mi casa se hablaba castellano y catalán. Cuando nos vinimos a Europa, pasé muchos años en París. Siento que mi formación de adolescencia es francesa.
–¿La crisis económica está disparando en Europa brotes nacionalistas y racistas?
–De todo hay en la viña del Señor. Estamos viviendo algo más que una crisis: es una mutación. Estamos atravesando la frontera que separa una era de otra. La crisis es absoluta. La irrupción del universo digital está cambiando al mundo de tal manera que yo considero que esta mutación es equiparable a la Revolución Francesa, que marcó el paso de la Edad Moderna a la Contemporánea.
–¿En muchas transiciones las artes tuvieron un fuerte impulso creativo. Como artista que transita por la música, la pintura, la escultura, ¿percibe algo así?
–Lo creativo hoy se extendió al campo tecnológico. En lo artístico, no hay grandes hallazgos. En el mundo del arte está casi todo hecho. Hay poca vanguardia que descubrir, salvo en el campo tecnológico.
–En su música el amor es uno de sus motores. ¿También lo es en la pintura o en la escultura?
–El gran motivo de mis trabajos es el ser humano. Por qué está aquí, para qué, qué sentido tiene la vida. El ser humano es un milagro capaz de ser generoso hasta el extremo y ser genocida también hasta su mayor extremo. Ese bicho que reflexiona sobre sí mismo, que no acaba de encontrar su papel en la historia, es el único tema de mis trabajos.
–¿Opina que el hombre está en camino hacia una mayor sensibilidad o que por el contrario está desplegando todo su poder de destrucción?
–Creo que el ser humano contemporáneo está cada vez más perdido. Anda presionado por propuestas que lo alejan de su razón de ser. Al punto de que hoy cualquier propuesta intelectual se califica de forma peyorativa. Cuanto menos preguntas se realice el ser humano, mejor para los poderes. Estamos más preocupados por el traje que vamos a llevar que por quién ocupa ese traje. El ser humano contemporáneo tiene una profunda indiferencia por aprender. Tan sólo tiene deseos de información porque considera que cuanto más datos recabe más poder tiene.
Tomado de Cronicadigital.com
Nota: La entrevista se realizó a propósito de la presentación en Argentina de Memorable cuerpo, un compendio con las mejores obras de Aute en cuatro décadas de creación.

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