Llegada a Amman, Jordania. Foto: Reuters
Por Daynet Rodríguez
Hace poco fueron sus polémicas declaraciones en África sobre el uso del preservativo. Y dado que Benedicto XVI tiene esa capacidad especial de propiciar las críticas, los diarios británicos -The Independent , específicamente- le han pedido ahora que, por favor, no hable de la Segunda Guerra Mundial. Ya bastante tiene con hacer acto de presencia en la línea de fuego: el líder religioso ha iniciado una gira de siete días por Medio Oriente que incluye Jordania, Israel y los territorios palestinos. Tierra de agrios y largos conflictos donde no se olvida el apoyo del Vaticano al nazismo, primero, y luego su tibia posición de condena a Israel, por lo que casi nadie ve con buenos ojos la presencia del Papa. En Jordania, es considerada por la mayoría musulmana como una "bendición para el gobierno israelí", a pesar de que afirmó viaja para apoyar la paz. "Espero vivamente que esta visita y todas las iniciativas programadas puedan ayudar a promover las buenas relaciones ente cristianos y musulmanes", dijo en la capital jordana. Pero la llama no se apaga. Al contrario, el rechazo es mayor del otro lado: "es un ex-nazi", recuerdan los judeo-cristianos, a la que vez que no le perdonan su reciente incomunión a un obispo que no reconoce el Holocausto. En fin, todos tienen alguna factura que pasarle a Benedicto XVI, que en realidad es la factura al Vaticano por su tradicional posición: con dios y con el diablo, con tal que no me toquen.
Hace poco fueron sus polémicas declaraciones en África sobre el uso del preservativo. Y dado que Benedicto XVI tiene esa capacidad especial de propiciar las críticas, los diarios británicos -The Independent , específicamente- le han pedido ahora que, por favor, no hable de la Segunda Guerra Mundial. Ya bastante tiene con hacer acto de presencia en la línea de fuego: el líder religioso ha iniciado una gira de siete días por Medio Oriente que incluye Jordania, Israel y los territorios palestinos. Tierra de agrios y largos conflictos donde no se olvida el apoyo del Vaticano al nazismo, primero, y luego su tibia posición de condena a Israel, por lo que casi nadie ve con buenos ojos la presencia del Papa. En Jordania, es considerada por la mayoría musulmana como una "bendición para el gobierno israelí", a pesar de que afirmó viaja para apoyar la paz. "Espero vivamente que esta visita y todas las iniciativas programadas puedan ayudar a promover las buenas relaciones ente cristianos y musulmanes", dijo en la capital jordana. Pero la llama no se apaga. Al contrario, el rechazo es mayor del otro lado: "es un ex-nazi", recuerdan los judeo-cristianos, a la que vez que no le perdonan su reciente incomunión a un obispo que no reconoce el Holocausto. En fin, todos tienen alguna factura que pasarle a Benedicto XVI, que en realidad es la factura al Vaticano por su tradicional posición: con dios y con el diablo, con tal que no me toquen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario