viernes, 12 de junio de 2009

Oasis

Divina máscara (fragmento). Obra de López Oliva
Por Daynet Rodríguez

En estos días he buscado un oasis, una isla, en medio de tanto caos y tanta crisis. Y recordé una larga entrevista que le hice al pintor cubano Manuel López Oliva, dos años atrás. Aquel día me habló de sus obsesiones y sus contemporáneos, de los más jóvenes creadores, de las complejas relaciones entre el arte cubano y los galeristas de Estados Unidos. En ese espacio íntimo que es siempre el estudio de un pintor, confesó, entre otras muchas cosas, que compara el arte con el amor. Me dijo: "La pintura saca en mí ciertas tendencias a lo táctil. Yo necesito tocar la piel, las paredes. Cuando estoy pintando sobre una superficie plana yo necesito que deje de ser plana y entonces le hago sinfín de texturas". Su obra, aparentemente fácil, elemental, pero cargada de la lógica del teatro, de afanes, deseos y pesadillas, explora y recrea la realidad como un interminable baile de máscaras; por eso le pregunté al final las reflexiones que le provocaba este mundo que parece la mayor parte del tiempo un teatro del absurdo. Su respuesta es la que quiero compartir textualmente porque de alguna manera me da la esperanza que buscaba:
-Vivimos en una realidad inmediata, la de la gente moviéndose por la calle sin saber a dónde va, encaramados en una guagua pensando que la realidad es ésta y no otra, o detrás de los autos con aire acondicionado, lo que también es otra parte de la realidad, compleja. Detrás de todo eso y como de fondo también, como pedal, hay una especie de constancia, que es el proyecto de sociedad distinta, con todos y para el bien de todos. Es una realidad inmediata que es muy difícil, y que uno la sueña y la busca. Hay una más distante que uno percibe a través de las noticias, la del mundo que no es Cuba: de huracanes, de desastres, de la polución, la explotación, la miseria, los crímenes de Estados Unidos en su puesta en práctica de un nuevo fascismo tecnológico. Vivimos realmente en un mundo de alambicadas, complejo de entender y de sentir. Por tanto, el hombre que vive esas dos dimensiones de la realidad está lleno de conflictos, de percepciones contradictorias, que unas veces tienden hacia la esperanza y otras hacia la derrota, hacia la alegría y hacia la tragedia. Pero existe también una dimensión subjetiva de la realidad, interna, que es la que me sirve como equilibrante de esas otras dos realidades exteriores. Desde ese interior es que valoro las cosas, lo mismo ahora que converso contigo, como cuando estoy pintando o durmiendo o cuando vengo en una guagua llena con el mismo sentido épico que tiene cualquier cubano para hacerlo. Uno tiene que darle unidad a todo ese caos en la imaginación, en la sensibilidad, en la fantasía, en el pensamiento poético. Y como artista tengo que ser optimista, por conciencia y porque lo siento. Confío en que la identidad de los hombres se resista a morir y construya un mundo de todos colores: grises, negros, tierras, azules, rosados, naranjas, violetas, verdes, todos los que uso en mi pintura. Un mundo en el que tiene que prevalecer la esperanza y la razón humana. Quizás por eso algunas de mis obras, además de tener un sentido trágico, parecen un canto, un beso.

Vea galería de obras de López Oliva

4 comentarios:

  1. Buena introducción Day y buena respuesta la de López Oliva. ¿Donde puedo encontrar la entrevista completa? Un beso.

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  2. Gracias por el elogio. La entrevista completa está en Cubasí y tiene más de tres años, solo que cuando escribí el post no recordaba bien la fecha. Aquí le dejo el enlace, aunque está un poco larga, es de la época en que me creía la gran entrevistadora, jajajaj. En serio, creo que en aquel entonces debí machetearla un poco.
    http://cultura.cubasi.cu/desktopdefault.aspx?spk=160&clk=99756&lk=1&ck=52218&spka=36

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  3. Day, te leo, y muestras tu sensibilidad al 150%. Eso es malo a veces porque sufres mas que la mayoría de la gente que conozco, pero también te mantiene alerta y te hace especial, diferente.

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  4. Migue:
    Todos nos mostramos un poco, o mucho, cuando escribimos. Pero mi idea es, entre crisis y desastres y matanzas, mostrar de vez en cuando un poco de optimismo. Gracias por leerme....

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