Una vida de revista

Una joven rusa, cansada de su rutina diaria, decidió dejar todo para convertirse en una auténtica Barbie, y lanzó también en Internet un movimiento de "jóvenes Barbies" que ya reunió más de 10.000 adhesiones a su filosofía básica, reivindicar el derecho a vivir una vida de revista.
El "síndrome de Barbie" de la joven, llamada Karina y oriunda de Kazajstán aunque ahora vive en Moscú, comenzó hace tres años, contó el diario Moskovski Komsomolets. En ese entonces iba a la escuela superior, pero no le iba muy bien.
El día de su "renacimiento", Karina fue a clase vestida de rosa y reemplazó su nombre por el de Barbie, que ahora usa en la vida real. Desde entonces imita en todo a la famosa muñeca: peinados, vestidos, accesorios, zapatos, poses, lenguaje.
"Ma llamo Karina, tengo 17 años, pero me llamo Barbie porque me parezco muchísimo y visto de rosa. Vivo en la ciudad de Karaganda pero soy rusa. Estudié durante diez años pero odié la escuela. Ahora la vida es bellísima, todas las noches voy al club", comienza su diario electrónico.
Con lenguaje infantil, difunde consejos en la red: "No escuchen música clásica, no es rítmica"; "olvida la palabra filosofía, tu palabra es 'shopping'"; "debes convertirte en una muchacha de revista". Y también: "No hay que leer, los libros son aburridos y dañan la vista", "no pienses, hace venir las arrugas".
Desde que desembarcó en la lujosa capital rusa, con una valija llena de vestidos rosa, describe también sus días entre centros de compra y locales de belleza.
"Hoy me compré una camiseta rosa y un par de zapatos dorados que puse sobre la mesa admirándolos durante todo el día", escribe en su sitio.
Sus ídolos son Madonna y Paris Hilton, y sigue una dieta férrea -"no más de mil calorías al día"- para mantener la línea. Al mismo tiempo la mantiene su "Ken", un empresario llamado Anatoly, aunque de vez en cuando gana algo exhibiéndose con la "danza del vientre" en algunos locales.
"En este mundo gris y malo yo me siento una muñeca viva", asegura Karina.
ANSA