martes, 23 de junio de 2009

¿Otra “revolución de color” orquestada por EE.UU. en Irán?

Paul Craig Roberts

Una serie de comentaristas han expresado su creencia idealizada en la pureza de Mousavi, Montazeri y la juventud occidentalizada de Teherán. Parece ser que de cierta manera el plan de desestabilización de la CIA, anunciado hace dos años, no ha contaminado los eventos actuales.
Se afirma que Ahmadineyad robó la elección, porque el resultado fue declarado demasiado rápido después del cierre de la votación como para haber permitido el recuento de los votos. Sin embargo, Mousavi declaró su victoria varias horas antes del cierre de la votación. Es una clásica desestabilización realizada por la CIA hecha para desacreditar un resultado contrario. Obliga a una declaración temprana del resultado de la elección. Mientras más largo sea el intervalo entre la declaración preventiva de victoria y la publicación del resultado de la elección, más tiempo tiene Mousavi para crear la impresión de que las autoridades utilizan el tiempo para amañar la votación. Es sorprendente que todavía haya alguien que crea en ese truco.
En cuanto a la afirmación del gran ayatolá Montazeri de que la elección haya sido robada, él fue el primer candidato a suceder a Jomeini, pero perdió contra el actual Supremo Líder. Ve en las protestas una oportunidad de ajustar cuentas con Jameini. Montazeri tiene un incentivo para cuestionar la elección sea o no manipulado por la CIA, que tiene un historial exitoso en la manipulación de políticos descontentos.
Hay una lucha por el poder entre los ayatolás. Muchos están alineados contra Ahmadineyad porque los acusa de corrupción, haciendo así el juego al campo iraní donde los iraníes creen que el estilo de vida de los ayatolás indica un exceso de poder y dinero. A mi juicio, el ataque de Ahmadineyad contra los ayatolás es oportunista. Sin embargo, hace que sea extraño que sus detractores estadounidenses digan que es un reaccionario conservador alineado con los ayatolás.
Los comentaristas “explican” las elecciones sobre la base de sus propias ilusiones, errores, emociones, e intereses creados. Sean o no acertados los resultados de la votación que predicen la victoria de Ahmadineyad, hasta ahora no existe evidencia más allá de toda duda de que la elección haya sido robada. Sin embargo, hay informes verosímiles de que la CIA ha estado trabajando durante dos años para desestabilizar el gobierno iraní.
El 23 de mayo de 2007. Brian Ross y Richard Esposito informaron en ABC News: “La CIA ha recibido la aprobación presidencial secreta para montar una operación secreta “oculta” para desestabilizar al gobierno iraní, dijeron a ABC News funcionarios actuales y antiguos de la comunidad de la inteligencia.”
El 27 de mayo de 2007, el Telegraph de Londres informó independientemente: “El señor Bush ha firmado un documento oficial endosando planes de la CIA para una campaña de propaganda y desinformación con el propósito de desestabilizar, y eventualmente derrocar, el régimen teocrático de los mulás.”
Unos pocos días antes, el Telegraph informó el 16 de mayo de 2007, que el belicista neoconservador del gobierno de Bush, John Bolton, dijo al Telegraph que un ataque militar de EE.UU. sería “una última opción después de que hayan fracasado las sanciones económicas y los intentos de fomentar una revolución popular.”
El 29 de junio de 2008, Seymour Hersh informó en New Yorker: “A fines del año pasado, el Congreso aceptó un pedido del presidente Bush de financiar una importante escalada de las operaciones clandestinas contra Irán, según fuentes actuales y antiguas militares, de inteligencia y del Congreso.”
“Esas operaciones, para las cuales el presidente pidió hasta cuatrocientos millones de dólares, fueron descritas en una orden ejecutiva secreta firmada por Bush, y tienen el propósito de desestabilizar a la dirección religiosa del país.”
Sin duda las protestas en Teherán tienen muchos participantes sinceros. Las protestas también tienen las características de las protestas orquestadas por la CIA en Georgia y Ucrania. Hay que ser totalmente ciego para no verlo.
Daniel McAdams planteó algunos puntos significativos. Por ejemplo, el neoconservador Kenneth Timmerman escribió el día antes de la elección que “se habla de una ‘revolución verde’ en Teherán.” ¿Cómo iba a saberlo Timmerman a menos que haya habido un plan orquestado? ¿Por qué iba a haber una ‘revolución verde’ preparada antes de la elección, especialmente si Mousavi y sus partidarios tenían tanta confianza en su victoria como afirman? Parece ser una evidencia clara de que EE.UU. está involucrado en las protestas por la elección.
Timmerman escribe a continuación que la “Fundación Nacional para la Democracia” (NED) ha gastado millones de dólares promoviendo revoluciones ‘de color’… Parte de ese dinero parece haber llegado a manos de grupos favorables a Mousavi, que tienen vínculos con organizaciones no gubernamentales fuera de Irán, financiadas por la NED.” La propia neoconservadora Fundación por la Democracia de Timmerman es “una organización privada, sin fines de lucro, establecida en 1995 con subsidios de la NED, para promover la democracia y estándares internacionalmente reconocidos de derechos humanos en Irán.”

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