lunes, 28 de septiembre de 2009

Ojo con Río: la Ciudad Maravillosa puede hacer historia



Por Daynet Rodríguez Sotomayor

Con el amplio respaldo del pueblo brasileño, de su presidente Luis Inacio Lula da Silva y de 61 países de América del Sur y Africa, la ciudad de Río de Janeiro llega a Copenhague, Dinamarca, con no pocas posibilidades de convertirse en la sede de los Juegos Olímpicos del 2016.
En la capital danesa el Comité Olímpico Internacional (COI) elegirá el próximo 2 de octubre a la anfitriona de los juegos estivales, una instancia a la que han accedido cuatro candidatas: Tokio, Madrid, Chicago y Río de Janeiro.
La ciudad brasileña comenzó esta carrera por los juegos con muy poco aval; de hecho entró en la competencia final después que quedara descartada Doha, pero ha ido mejorando su proyecto por día y en la última visita del Comité Evaluador del COI -abril/mayo- recibió altos puntajes y fue catalogado por el Relator de la institución como "el mejor". Aunque no hay que ser ilusos: en estas lides se sabe que el informe técnico del COI tiene un peso mínimo en la votación.
¿Cuáles son, entonces, los puntos fuertes de la propuesta carioca?: En primer lugar, el favoritismo sentimental, porque sería la primera vez que unos Juegos Olímpicos lleguen a Sudamérica y según el experto Robert Livingstone, de GamesBids.com, "los sentimientos pueden ser un factor determinante en la votación". Es lo que en el argot técnico del COI se conoce como la Rotación: después de Beijing 2008 y Londres 2012, debe tocarle a América organizar unos Juegos.
En segundo lugar, el magnetismo de una ciudad ampliamente conocida por sus bellezas y por la extroversión y calidez de su gente, así como el amplio apoyo y compromiso popular con la candidatura.
Y en menor escala, la experiencia de otros eventos deportivos y el haber convertido las principales debilidades en fortalezas en un periodo breve de tiempo: por ejemplo se le criticó en el tema de las capacidades de alojamiento y hoy exhibe unos 150 contratos con instalaciones hoteleras, algo que no puede superar ninguna otra aspirante.
Además, cuenta con el apoyo de todas las instancias gobernativas de la ciudad y del país. El carisma que despliegue Lula en los lobbies de Copenhague puede ser importante para las aspiraciones brasileñas.
En contra, tiene el conservadurismo de los miembros del COI y su escasa tendencia a apostar por el riesgo; la repercusión de la crisis en Brasil, que dos años antes acogerá el Mundial de fútbol; los problemas de transporte; y el hecho de que podría recompensarse a otras como Madrid, por tercera ocasión consecutiva en esta liza olímpica y con una sólida propuesta.
Es difícil predecir. Algunos sondeos ya adelantan que la primera ciudad descartada será Tokío, con una floja candidatura, y que las de mayores opciones son Chicago -reforzada con el apoyo de Obama- y Madrid -representada en Copenhague por el Rey Juan Carlos y el ejecutivo español en pleno.
Se especula, incluso, que en una posible ronda final de votaciones Río-Chicago o Río-Madrid, la sudamericana siempre saldría perdiendo. Pero, ojo!, la Ciudad Maravillosa todavía puede hacer historia.

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