martes, 29 de septiembre de 2009

Desde el espacio nadie puede verte morir


Por Loring Wirbel y Bill Sulzman

Los grupos de la paz a nivel internacional están presionando fuertemente al Presidente Obama este otoño, quien reflexiona sobre la solicitud del general McChrystal de acelerar una “oleada” de tropas en Afganistán. Afortunadamente, los principales demócratas, e incluso el ex presidente Clinton están pidiendo precaución, aunque pocos valoran la medidas más prudente de recomendar una retirada. Pero hay una decisión adicional que Obama debe tomar, una que la Red mundial contra las armas y energía nuclear en el espacio ve como una cuestión fundamental para mantener el espacio en paz.
Tan pronto como director de la CIA Leon Panetta fue nombrado en un papel como actor a su puesto, le preguntó a Obama por una escalada significativa de los llamados ”drone” (aviones dirigidos por control remoto), utilizando naves aéreas no tripuladas (UAVs), en Afganistán y Pakistán. Estos aviones robots son teledirigidos por los pilotos desde estaciones en tierra, ya sea en el país atacado o incluso desde los Estados Unidos, utilizando el espacio como medio de navegación. Los vehículos aéreos no tripulados pueden lanzar bombas de precisión previa localizaciones identificadas, aunque esto no significa que no haya “daños colaterales” en términos de pérdidas de vidas humanas entre los civiles.
La “Red mundial contra las armas y la energía nuclear en el espacio” quiere recordar a todos los ciudadanos que la utilización en la guerra de la tecnología robótica no es ni quirúrgica, ni antiséptica, ni moral. Hay que apelar a la Casa Blanca y al público norteamericano, para evitar una matanza en proporciones casi infinitas - miles de los llamados adversarios pueden ser asesinados con muy pocas posibilidades de bajas EE.UU.. Como pocos de estos soldados estadounidenses que usan los robots regresan a casa en bolsas para cadáveres, muchos ciudadanos de EE.UU. se desentienden de este problema.
Sin embargo, convertir la guerra de Afganistán-Pakistán en un polígono de pruebas de los disparos de UAVs, es los mismo que el uso de los escuadrones de la muerte aprobado por el ex Vicepresidente Dick Cheney. De hecho, no es casualidad que durante dos días sucesivos, The New York Times informara la decisión de renovar el contrato a Blackwater (ahora Xe), el equipo paramilitar de Cheney, y este mismo grupo para dirigir los vuelos armados de los UAVs. Este método de matanza ahora sustituye al anterior, básicamente con la misma tropa asesina.
No hace mucho tiempo, un grupo pilotos de UAVs utilizaron palancas de mando para controlar vehículos aéreos no tripulados, emulando a un juego de vídeo. Ahora utilizan Google Earth en la pantalla táctil para apuntar a una ubicación que quieren desde un avión robot cargado de bombas. Dentro de un año, las aplicaciones de Google Earth estarán disponibles para los iPhones y Blackberries especiales de las tropas de EE.UU. Y todos los medios que pudieran utilizar el espacio como plataforma de muerte. Muchas herramientas de combate de la guerra -que se emplean desde el espacio también- se aprovechan en la nueva doctrina ciberespacial del Pentágono, que ha culminado en el establecimiento de un cibercomando dedicado a controlar las redes de computadoras aquí y en el extranjero.
Nadia hasta ahora ha podido hacer un examen moral de la política espacial porque no hay acceso a la información “secreta” para la evaluación. Esconder la verdad al enemigo significa también ocultarlo de la opinión pública. Y es imposible una adhesión pública razonable al discurso político porque los hechos recomiendan no confiar en todo lo que deciden los políticos.
Sin embargo, la Red Global tiene algunas razones para el optimismo, particularmente en los últimos meses: hay algunos acuerdos internacionales que intentan controlar las armas en el espacio. Obama ha cancelado el programa de misiles de defensa terrestre de Estados Unidos basado en Polonia y la República Checa. Los líderes del mundo se han comprometido a trabajar más duro para desterrar las armas nucleares. Y Obama ha pedido una revisión de la Política Nacional del Espacio aprobada en octubre de 2006, que reclamó para Estados Unidos la propiedad virtual del espacio orbital.
Pero al igual que en otros predios de la seguridad nacional en el que Obama ha tomado solo la mitad de las medidas previstas, la lucha por la paz en el espacio está lejos de terminar. El ejército de EE.UU. sigue siendo de lejos el mayor usuario del espacio orbital. Sus satélites de inteligencia, comunicaciones y navegación siguen siendo los componentes clave que permiten a los EE.UU. y sus aliados llevar a cabo la guerra. Y el mar de misiles a disposición de la administración Obama, que sigue la línea anterior de los planes de defensa, son un elemento de presión para una postura más desafiante de la Casa Blanca contra naciones como Irán y Corea del Norte.
Instamos a los activistas de todo el mundo a examinar de cerca la política de “la guerra quirúrgica”. Instamos a los ciudadanos a no dejarse llevar en la idea de que una guerra con medios que invisibilizan la muerte de ciudadanos de otros países, es, en cierto modo, mejor que las sangrientas batallas en el terreno. El espacio es patrimonio común de todos los habitantes, y nadie tiene el derecho de dominar el planeta a través de un control unilateral.
- Wirbel y Sulzman representan al movimiento “Paz en el Espacio”, de Colorado Springs, y son miembros de la junta de la “Red mundial contra las armas y la energía nuclear en el espacio”.
Tomado de Cubadebate.cu

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