lunes, 23 de mayo de 2011

Ratifican sentencia en Cuba a terrorista Chávez Abarca


La Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo Popular ratificó la sanción de 30 años de privación de libertad al ciudadano salvadoreño Francisco “El Panzón” Chávez Abarca por el delito de terrorismo.
A partir de los argumentos expuestos por la defensa y los elementos obrantes en las actuaciones judiciales, los jueces integrantes de la sala consideraron que durante la tramitación del proceso se cumplieron las garantías y formalidades del acusado en el ejercicio del derecho a la defensa.
Asimismo se constató que la decisión del Tribunal Provincial de Ciudad de la Habana se sustentó en un sólido y suficiente material probatorio, que confirma la responsabilidad penal de Chávez Abarca en los hechos imputados, y que la extrema gravedad y antecedentes del acusado en la actividad terrorista, convierten en necesaria y justa la sanción de 30 años de privación de libertad impuesta, por lo que declaró sin lugar el recurso de casación que había establecido contra la sentencia.

El salvadoreño quién fue durante años el brazo derecho del terrorista internacional Luis Posada Carriles en América Central, ha sido detenido cuando se apareció en el aeropuerto venezolano de Maiquetía con falsa identidad, para ejecutar acciones diseñadas por extremista venezolanos de extrema derecha encabezados por Peña Esclusa, hoy detenido por terrorismo.
Durante el juicio de Chávez Abarca celebrado en diciembre pasado, numerosas pruebas periciales, documentales y testificales, demostraron los hechos terroristas ejecutados y orientados por el terrorista a sus contratados para poner bombas en instalaciones turísticas cubanas, durante la campaña de terror desencadenada en 1997 por Posada Carriles.
Se probó además que reclutó, adiestró, organizó y financió a ciudadanos guatemaltecos y salvadoreños que viajaron a Cuba para continuar instalando artefactos explosivos, tal como él mismo lo había hecho previamente en hoteles de la capital.
Chávez Abarca fue cabecilla de un brazo armado estructurado en Centroamérica por Posada, la Fundación Nacional Cubanoamericana y el resto de la mafia anticubana con el propósito de causar muerte, dolor y destrucción en Cuba, para crear un clima de inseguridad, pánico y terror que afectara a la población y a la industria turística.
PL

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