viernes, 3 de julio de 2009

Honduras: Entre la democracia y el garrote


Por M. H. Lagarde

El secretario general de la OEA ha dicho que su viaje a Honduras tiene como propósito no "negociar" con el nuevo Gobierno, sino a "pedirle" que "cambie lo que ha estado haciendo" y "encuentre maneras de retornar a la normalidad".
Según Insulza, la comunidad internacional "ha hecho prácticamente todo lo que podía hacer" para reclamar la restitución de Zelaya y el país podría ser sancionado si no acata una resolución de la OEA.
Por su parte José Manuel Zelaya, el depuesto presidente de Honduras, afirmó durante su estancia en Panamá que los militares, oligarcas y políticos que protagonizaron el golpe de Estado en la nación centroamericana, serán llevados ante la Corte Penal Internacional.
Durante una entrevista exclusiva con la televisora Telesur, el gobernante hondureño aseguró que ellos van a ser sentenciados en la Corte Penal Internacional por actuar en contra de la democracia hondureña.
Desde El Salvador, Zelaya hizo un llamado a sus compatriotas para que "no se amilanen" y que marchen a Tegucigalpa para protestar "pacíficamente" contra el golpe de Estado. "No se dejen vencer ni se amilanen, sientan la fuerza del espíritu y caminen a Tegucigalpa", dijo el presidente.
Los seguidores de Zelaya, quienes pese a la persecución y represión del de la policía ejército, no han dejado de manifestarse, han dicho que están reservando sus fuerzas para salir este sábado más organizados a la calle para recibir a su presidente.
Organismos de derechos humanos han arremetido contra las medidas de represión del nuevo gobierno de facto, que ha suspendido las garantías constitucionales como la libertad de asociación y reunión, y el derecho a la libre circulación y expresión.
Los seguidores de Goriletti, políticos, empresarios y militares dudan de que Zelaya se atreva a regresar al país, donde la justicia emitió una orden de captura en su contra por 18 delitos, entre ellos, "traición a la patria".
Un Gorilleti menos soberbio, quien ha propuesto como solución a la crisis adelantar las elecciones previstas para noviembre, ha dicho que recibirá amigablemente a los presidentes y personalidades que acompañen a Zelaya a su regreso a Honduras, pero que el presidente constitucional, al que también se le recibirá amablemente, será arrestado.
Según varios observadores internacionales el panorama podría ser propicio para que ocurriera en Honduras una masacre. Entre los que así piensan se encuentra el presidente de Venezuela Hugo Chávez quien declaró que esa nación se encuentra al borde del baño de sangre. En opinión del líder venezolano, la violencia podría desencadenarse como resultado de la respuesta popular a la renuencia de los golpistas de garantizar el regreso al país del presidente legítimo Manuel Zelaya.
De igual forma, Hugo Chávez instó a Estados Unidos a tener una posición más firme contra los golpistas. Pero el último gesto de la administración de Barack Obama al respecto fue pedirle al derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, abstenerse del regreso a la patria para permitir que trabaje allí la misión mediadora de la Organización de Estados Americanos OEA.
Predecir cuál escenario o alternativa se impondrá mañana en Honduras resultaría poco serio. Solo nos queda esperar que la vuelta a la edad media latinoamericana que ya significó la asonada golpista en Honduras no se convierta en un hecho consumado. Algo así, equivaldría al entierro definitivo de ese cadáver agonizante al que se le suele llamar “democracia” occidental.

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