martes, 17 de mayo de 2011
Ahora Obama es "un estadounidense de verdad"
Por Daynet Rodríguez Sotomayor
¿Quién insinuó que Barack Obama era keniano, o musulmán, o un americano de las islas? Para los que dudaron, con el asesinato de Osama Bin Laden el presidente norteamericano dio un escarmiento y se convirtió en "un estadounidense de verdad". De golpe, o más bien, tras dos tiros a la cabeza del enemigo público número 1 de América, dejó atrás las acusaciones de debilucho que lo habían perseguido hasta el momento para entrar de lleno en la flamante historia de asesinatos que siempre ha caracterizado la política exterior de su país.
Lo anterior se desprende de un fenomenal artículo de Alexander Cockburn que he leído hoy, publicado en CounterPunch y gentilmente traducido por Rebelion.
Según Cockburn, Obama no es ciertamente el primer presidente de EE.UU. que se toma mucho interés en los asesinatos. El asesinato ha sido siempre un arma de la política exterior de EE.UU., en los períodos de turbulencia, en los años sesenta; también ha sido un arma de represión interior".
El pueblo cubano conoce, quizás como nadie, esta política de terrorismo de estado. Solo un ejemplo bastaría: los más de 600 intentos de acabar con la vida del líder de la Revolución, Fidel Castro, todos ordenados y planificados desde la Casa Blanca. Pero también podemos esgrimir los más de 3000 muertos que han dejado las agresiones constantes de los grupos paramilitares cubanoamericanos, organizados y financiados por la CIA.
Mas volvamos al artículo, porque está interesantísimo. Y cito a Cockburn:
"Ahora el ex profesor de derecho constitucional es un estadounidense de verdad. Ha sacado su certificado de nacimiento largo como un Cadillac, no solo el cortito poco convincente que ha andado por ahí durante años. Mejor todavía, tiene cojones. Más cojones que los de George Bush, quien dijo que la captura de Osama no le interesaba. Obama no dijo a los SEAL de la Armada: “Si Osama no muestra señales de resistencia, es vuestro deber según las leyes traerlo vivo para que se enfrente a un juicio justo”. No. Les dijo: “Aseguraos de que es Osama, y luego matadlo”.
Para reafirmarlo, el articulista refiere las declaraciones del senador de Oklahoma, Jim Inhofe, quien describió la secuencia de fotos del asesinato del Bin Laden:
“Tres de las primeras 12 fotos son de Osama vivo. Las hicieron con la intención de poder mirarlas y ver la nariz, los ojos y su relación con fines de identificación positiva. Y eso estuvo bien.
“Uno de los disparos le entró por una oreja y salió por la órbita del ojo, o entró por la órbita del ojo y salió –y luego estalló. Era ese tipo de munición. Eso causó que el cerebro estuviera colgando por la órbita del ojo de un modo bastante horripilante.
“Pero las fotos reveladoras, pensé en realidad, fueron las tres que se tomaron en el USS Vinson en el Mar Arábigo del Note y son las que lo muestran durante el período de limpieza… habían sacado bastante sangre y material de su cara de modo que era fácil identificar de quién se trataba.”
De modo que los SEAL agarraron a Osama, sacaron las fotos en vivo, luego arrojaron a su hijo a un lado y lo hicieron: dos veces en la cabeza, una vez en el pecho. Hay que tener en cuenta que Inhofe varía algo en su informe sobre las fotos, cuenta Conckburn.
Pero lo verdaderamente revelador del artículo es que muestra el éxtasis y el regocijo de la clase política norteamericana ante la sangre fría y la "fortaleza" de Obama, ya totalmente desacreditado como Premio Nobel de la Paz.
"El coro de aprobación a los SEAL cubre todo el espectro liberal. Jeremy Scahill de The Nation se regocijó, como lo hizo Gary Wills en New York Review of Books, con una apología eufórica: “El Equipo Estrella del Presidente”, en la que concluye: “debemos recordar las cosas espléndidas que pueden hacer nuestros SEAL de la Armada. Y en algún sitio de nuestras mentes debemos recordar que, en última instancia, quien apretó el gatillo en ambas acciones de los SEAL fue el presidente de EE.UU.” Típico entre este gente de think-tanks liberales es Thomas Ricks, ex del Washington Post y que ahora escribe para ForeignPolicy.com y está ubicado en algo llamado el Centro para la Nueva Seguridad Estadounidense. Ricks llama seriamente a que EE.UU. declare la guerra a Pakistán, se apodere de sus centros nucleares o los destruya y envíe equipos de SEAL a asesinar agentes sospechosos del ISI".
Obama demostró estar a la altura de la tradición. Y aunque el mundo no es más o menos seguro desde el asesinato de Bin Laden, ni se acabará el terrorismo porque EEUU lo sigue promoviendo con sus frentes de guerra, la sicología del americano común y de la clase política ya acoge sin reservas a su presidente. Un líder cínico, capaz de apretar alegremente el gatillo.
Busquen el artículo, lo recomiendo especialmente. Ejemplo de tono, argumentos, crítica, y sarcasmo.
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Excelente comentario
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