Por Pepe Escobar
Por un lado, el hombre más poderoso sobre la Tierra, que mira por donde lleva un segundo nombre musulmán. Por otro, la mayor nación tribal del mundo, que resulta ser musulmana. Bienvenida sea la madre de todas las peleas de gallos.
Fuentes gubernamentales filtraron al diario pakistaní The News que el porcentaje de éxito de la guerra con aviones teledirigidos Predator, una especie de “infierno desde el cielo”, de la administración Barack Obama sobre las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA, por sus siglas en inglés) es de un mero 6%. De los “sesenta ataques con Predator perpetrados entre el 14 de enero de 2006 y el 8 de abril de 2009, sólo diez de ellos alcanzaron sus objetivos matando a catorce dirigentes buscados de al-Qaida”, pero la mayoría de ellos sirvieron para “matar a 687 inocentes civiles paquistaníes”. Todos ellos pastunes.
Cualquier dirigente sensato despediría a los responsables de tal desatino. No ha hecho tal Obama con los responsables del Pentágono, que se sientes obligados a continuar con el único juego (pastún) aceptado por todos, basado en acumular inexistente información de inteligencia sobre el terreno; sumando insoportables “daños colaterales”; provocando una rebelión masiva pastún contra el desacreditado ejército pakistaní de 650.000 hombres; y asegurando la definitiva humillación pública del ejército.
La pasada semana, el supremo del Pentágono, Robert Gates, no dejó duda de que el futuro del Pentágono tiene que ver con la “guerra expedicionaria” u “operaciones COIN”, (operaciones de contrainsurgencia, por sus siglas en inglés), en las cuales el “infierno desde el cielo” de la diplomacia de los Predator es un superstar.
La estrategia también incluye repetir la táctica COIN de los “Hijos de Iraq” acuñada por el Jefe del Mando Central, el General David Petraeus, rebautizada ahora como Fuerza de Protección Pública Afgana, que va a chocar mucho, de forma inevitable, con el gobierno de Hamid Karzai en Kabul, al igual que los iraquíes sunníes chocan con el Primer Ministro Nuri al-Maliki en Bagdad.
No hace falta decir que este “futuro” saturado de COIN pobladas de teledirigidos Predator y Reaper, fuerzas especiales y sensores aire-tierra de alta tecnología va dedicada fundamentalmente a los países musulmanes. El colonialismo británico, en un pasado pre-COIN, solía llamar a esto “guerra colonial” o “pequeñas guerras” contra los morenos.
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Asia Times Online
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