Los anuncios se cumplieron: uno de los pesos pesados de la economía norteamericana, la automotriz Chrysler LCC, no ha podido superar los embates de la crisis y presentó hoy su declaración de insolvencia en un tribunal de Nueva York para acogerse a la protección del capítulo once o Ley de bancarrota.
El New York Times había adelantado la semana anterior que el gobierno norteamericano estaba preparando la ejecución del referido capítulo para la Chrysler, versión que se ha confirmado hoy con la declaración.
Es un intento por salvar uno de los mitos, que al igual que la General Motors, han visto la peor cara de la crisis.
Según Reuters la empresa dijo que espera salir de la quiebra en al menos dos meses en una sociedad con la italiana FIAT, si se le aprueba una solicitud para formalizar la alianza y vender los activos a una nueva empresa.
La mayoría de las operaciones de manufacturas de la compañía se suspenderá temporalmente a partir del 4 de mayo, asegura un comunicado de Chrysler.
La declaración de bancarrota solo incluye el territorio de EE.UU, por lo que las plantas en Canadá, México y otros países continuarán funcinando.
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