El presidente de los EEUU, Barack Obama, y su esposa, Michelle, durante la cena de recepción con la reina de Inglaterra, Isabel II. REUTERS.
Por Carlos Limón
El viaje por Europa del presidente de los EEUU, Barack Obama, no está siendo el trayecto típico de un líder mundial. Desde que llegó a Irlanda, Obama ha padecido los contratiempos propios de un turista normal.
Primero fue su mujer, Michelle Obama, la que llamó la atención a su llegada al aeropuerto de Dublín, con un tupé que hubiera llevado el mismísimo Elvis Presley: Los presentes culparon al viento de los malos pelos de la primera dama sin saber que este iba a ser el inicio de una serie de contratiempos.
Los problemas continuaron tras su llegada a la embajada norteamericana. Después de la recepción, su limusina se quedó encallada a la salida del consulado. 'La bestia', tal y como se apoda al coche del presidente de los Estados Unidos, que está a prueba de bombas, no pudo con una pequeña elevación.
Después de probar que su limusina no era tan fiable como se pensaba en un principio, Obama visitó el pueblo de sus ancestros, como el turista que tiene "morriña" después de un largo viaje. Más de 3.000 personas le recibieron en Moneygall, en el condado de Offaly, donde el presidente se bebió una pinta después de acabar un discurso con el ‘Yes We Can' traducido al gaélico. Los asistentes aplaudieron a rabiar el trago que el presidente le dio a la cerveza más tradicional de Irlanda.
El presidente firmó con 2008 en el libro de visitas de Westminster Después de encallar el coche y de beberse una cerveza, los Obama, posiblemente cansados de tanto ajetreo, adelantaron su vuelo a Londres preocupados por la nube volcánica. Como el que se queda sin hotel después de viajar a la playa, esterilla en mano, Barack Obama, tuvo que dormir en casa de su 'colega' más cercano, el embajado estadounidense en la capital británica, para pasar la primera noche en Londres. Ni el presidente de los EEUU despierta a la reina de Inglaterra.
El matrimonio tuvo que esperar un día para poder disfrutar de su trato VIP como invitado especial de Isabel II en el Palacio de Buckinham. La noche debió de ser larga para el bueno de Obama porque al día siguiente continuó metiendo la pata.
Tras una recepción con los recién casados, Kate y Guillermo, el presidente de los EEUU se echó un ping pong con el primer ministro inglés, David Cameron. Horas más tarde, durante su visita a la Abadía de Westmister, Barack Obama firmó en el libro de visitas con un desfase temporal de tres años. El presidente firmo con 2008, año en el que subió al poder.
Un brindis solitario
Quizá tenía todavía la cabeza puesta en el año en el que se convirtió en el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, cuando durante el protocolo del discurso en la cena de recepción en la cena de la reina. "Propongo un brindis. Para su majestad la Reina", dijo convencido.
De repente, con Obama puesto en pie , un error de la orquesta acaba con el protocolo y comenzó a tocar el God Save The Queen. Barack Obama intentó levantar la voz a través de las notas musicales para continuar con su discurso. El presidente habló de Shakespere y de la relación entre ambos pueblos, el inglés y el norteamericano, hasta que comprendió el error. El líder se rehizo y levantó su copa, todos respetaron el protocolo hasta que los músicos terminaron la canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario