Por Andy Goldberg
Los Angeles.- Desde los megacentros comerciales hasta las mansiones gigantes, el tamaño enorme ha venido siendo parte hasta ahora de la identidad moderna estadounidense tanto como el béisbol, la tarta de manzana o el capitalismo desenfrenado. Sin embargo, con el doloroso dislocamiento causado por la actual crisis económica, una revolución de ideas parece estar en movimiento.
Justo cuando el presidente Barack Obama espera rehacer la estructura financiera del país, su sistema sanitario y la conciencia medioambiental, sus ciudadanos están reconsiderando lo que una vez pensaron sobre el tamaño.
Esta reducción de tamaño tanto literal como metafórica del sueño americano va de la mano con la reducción de la carrera estadounidense. La palabra 'downsize' se ha convertido en el eufemismo más popular de las brutales rondas de despidos que hicieron que más de 5,7 millones de estadounidense perdieran sus empleos desde el comienzo de la recesión en diciembre de 2007. De los que continúan empleados, muchos han visto sufrir golpes en sus pagas y muchos más viven perseguidos por un miedo tangible a ser los próximos.
La crisis ha hecho que muchos estadounidenses se replanteen sus principios económicos básicos y que se ponga en marcha una permanente "reducción del tamaño" en la forma en la que viven, explica el profesor de marketing de la Escuela de Negocios de Harvard John Quelch.
Los llamados 'simplificadores' están conservando sus automóviles durante más tiempo, compran viviendas más pequeñas y rechazan el culto al consumo desenfrenado a cambio de una idea alternativa de valorar más los recuerdos y las experiencias, afirma.
Las evidencias de este cambio pueden verse en todas partes en las calles de Estados Unidos, donde los coches, las casas, la joyería e incluso el ganado están cambiando de tamaño.
Un proceso de bancarrotas y compras de acciones está forzando a la industria del automóvil a reducir su tamaño y hacerse más eficiente, así como a producir automóviles también más eficientes y pequeños.
Mientras los automóviles se empequeñecen, también lo hacen los hogares. Según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, el 90% de sus miembros construyen casas más pequeñas que hace un año y el tamaño medio de las nuevas viviendas se redujo en un 11%.
"Más grande fue mejor durante mucho tiempo", comenta Stephen Melman, un economista que trabaja con el grupo de constructores. "Esto supondrá un cambio significativo".
La reducción del tamaño se ha visto incluso en el ganado. Según un reciente artículo de 'Los Angeles Times', incluso la humilde vaca, reina de las praderas sin fin, son más pequeñas, pues los ganaderos de reses buscan una mayor eficiencia en su producción del filete o la hamburguesa americana.
Las versiones menores conocidas como 'Herefords' consumen alrededor de la mitad que una vaca de mayor tamaño y producen hasta el 75% de la carne y filetes. Los granjeros que levantan mini 'Jerseys' presumen de cómo cada animal produce entre dos y tres galones (7,6 y 11,4 litros) de leche por día. Según los diarios, hay un "mini boom de las mini vacas", con más de 300 criadores de pequeños 'Hereford' en el país, por encima de los poco más de dos docenas que existían en el año 2000.
Incluso el brillo del oro ha perdido su esplendor, según el 'The Wall Street Journal'. "Muchos de esos raperos -que lo llevan- simplemente no tienen ya dinero para comprar material auténtico", cita el diario a un joyero de Beverly Hills de estrellas, Jason Arasheben. "Hasta el punto de que están llevando joyería de imitación".
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