Por Daynet Rodríguez Sotomayor
Algo anda definitivamente mal. Tiene que ser así cuando se leen noticias como estas: Ronald Reagan sigue siendo considerado el mejor presidente de EE UU, según un sondeo que Gallup divulga tradicionalmente por el Día de los Presidentes, el tecer lunes de cada febrero. Y no es que los norteamericanos se volvieron locos de pronto, no. Es que llevan 12 años eligiéndolo como el mejor. Y yo, a pesar de mi prejuicio, intento entender su popularidad. Puede ser que sus planes económicos para encarrilar el país en la prosperidad, pesen en estos tiempos de profunda crisis; o que el discurso en la puerta de Brandenburgo de 1987, en el que invitó al líder soviético Mijaíl Gorbachov a derribar el Muro de Berlín, siga en la memoria como un momento supremo de la hegemonía USA; o vaya a saber si todavía lo recuerdan por sus años en Hollywood. Pero igual me parece que sus "proezas" no se comparan con la invasión a la pequeña Granada, el bombardeo de Libia, o el escándalo del Irán-Contras. O su Doctrina Reagan, que se fundamentó con el apoyo a los movimientos anticomunistas en todo el mundo, y que desgarró, particularmente, a Centroamérica, con guerras civiles que dejaron cientos de miles de muertos. O su doblez en el tema del armamentismo: mientras exigía menos armas nucleares, llevó a la industria militar de EEUU a la altura de una Guerra de las Galaxias. ¿Nadie se acuerda de su famosa frase Imperio del mal, que encarnó toda una filosofía de satanización de la URSS, y es la antecesora del actual Eje del mal? Claro que tenía una personalidad imponente, que era el "Gran Comunicador", el "Mago de Oz" de la política americana, pero sus mandatos marcaron una era nefasta.
Algunos intentan justificar el resultado del sondeo con la publicidad generada de las celebraciones por el centenario del natalicio de Reagan, en los primeros días de febrero. Y ya se sabe lo poderosa que suele ser la publicidad.
Para Gallup, una posible explicación es que los encuestados tienden a mencionar a los presidentes más recientes, "algo que no es una sorpresa ya que el estadounidense medio durante su vida escucha mucho sobre los presidentes en el cargo, pero comparativamente poco acerca de los presidentes históricos muertos hace tiempo”.
Según la firma, una muestra de ello es que cinco mandatarios recientes están entre los 10 primeros. Una lista en la que, por cierto, hasta se coló Harry Truman (1945-1953), quien ordenó el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki...
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