Por Ulises Canales, desde El Cairo.
Los jóvenes protagonistas de una rebelión sin precedentes en esta nación árabe estallaron de alegría, algunos dejaron escapar lágrimas, al escuchar al vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, confirmar que Mubarak cedió el poder al Consejo Superior de las Fuerzas Armadas.
El anuncio se conoció mientras millones de egipcios se manifestaban en la plaza Tahrir de El Cairo, devenida epicentro de las protestas, y en otras regiones del país con una mezcla de alegría y frustración por el discurso pronunciado ayer por el ya ex jefe de Estado.
Mubarak subrayó anoche que se mantendría al frente del país y que moriría en Egipto, en una clara advertencia de que no renunciaría y tampoco huiría, como le exigían sus opositores en las calles.
Imagen activaTras la confirmación de la noticia por la televisión estatal, jóvenes cantaron, bailaron y corearon consignas patrióticas en las calles, incluida la ya mítica plaza Tahrir, según pudo constatar Prensa Latina en un recorrido por el centro de la ciudad capital.
Una multitud de personas sigue emplazada en esa zona del centro de El Cairo, algunos aún sin creer que acabaron 30 años de mandato del "rais" (presidente, en árabe) y prometieron pernoctar, aunque sea por última vez, en es espacio.
"Libertad, libertad", "se fue, lo echamos", gritaba una marea humana hechida de júbilo luego de escuchar el comunicado oficial por el canal estatal Nile TV.
"Mis queridos ciudadanos, en estos momentos difíciles que el país atraviesa, el presidente Hosni Mubarak ha decidido ceder su cargo como presidente y el Consejo Supremo militar ha tomado el control de los asuntos del Estado. Que Dios nos proteja", declaró Suleiman.
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