Inccreíble pero cierto. El orgullo americano está de capa caída: uno de sus símbolos, la Bolsa de Nueva York, será regida por su par alemana, luego de una reciente fusión, informan hoy despachos de prensa.
"Los políticos conservadores estadounidenses echan sapos y culebras: la Deutsche Borse (la Bolsa alemana) llevará en el futuro la voz cantante en Wall Street", reseña la DPA.
Los accionistas del parqué alemán controlarán la nueva empresa, de la que poseerán el 60 por ciento, frente al 40 por ciento que resta para Nueva York. Esa mayoría se verá también reflejada en el consejo de vigilancia, donde, según el acuerdo dado a conocer hoy, los alemanes tendrán 10 de los 17 asientos.
Los medios del stablishment ya habían comenzado a mostrar su molestar hace unos días, cuando circulaban solo rumores: "La Bolsa de Nueva York, durante dos siglos un símbolo del capitalismo americano, puede tener pronto un nuevo propietario, europeo", había adelantado "The New York Times".
Mientras el diario económico The Wall Street Journal apuntó: "Para Nueva York, el paso es un símbolo del menguante dominio a nivel internacional".
Según el ex portavoz de los republicanos en el Congreso Newt Gingrich, se trata de un duro golpe para "nuestra capacidad de dirigir el mundo", al tiempo que achacó este revés a la "mala gestión que está realizando el equipo del gobierno demócrata de Barak Obama".
Los accionistas del parqué alemán controlarán la nueva empresa, de la que poseerán el 60 por ciento, frente al 40 por ciento que resta para Nueva York. Esa mayoría se verá también reflejada en el consejo de vigilancia, donde, según el acuerdo dado a conocer hoy, los alemanes tendrán 10 de los 17 asientos.
Los medios del stablishment ya habían comenzado a mostrar su molestar hace unos días, cuando circulaban solo rumores: "La Bolsa de Nueva York, durante dos siglos un símbolo del capitalismo americano, puede tener pronto un nuevo propietario, europeo", había adelantado "The New York Times".
Mientras el diario económico The Wall Street Journal apuntó: "Para Nueva York, el paso es un símbolo del menguante dominio a nivel internacional".
Según el ex portavoz de los republicanos en el Congreso Newt Gingrich, se trata de un duro golpe para "nuestra capacidad de dirigir el mundo", al tiempo que achacó este revés a la "mala gestión que está realizando el equipo del gobierno demócrata de Barak Obama".
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