domingo, 8 de noviembre de 2009

Cuba traza su Mapa Cerebral Humano


Un proyecto que se desarrolla a pesar del bloqueo y la exclusión de las investigaciones internacionales. Los detalles, en este diálogo con el director del Centro de Neurociencias de Cuba.
Por Daynet Rodríguez Sotomayor
Cuba avanza en el trazado de su propio Mapa Cerebral Humano y ya comienza a aplicar algunos de los resultados de la investigación, afirmó en entrevista exclusiva el Dr. Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencias de Cuba.
Pero el inicio de estos estudios en la Isla está muy asociado al bloqueo de EE.UU. y sus intentos por impedir el desarrollo y el bienestar de sus habitantes. El Mapeo es, por tanto, otra historia de sobrevivencia...
"En el mundo, el proyecto del Mapeo Cerebral Humano surgió muy unido al del Genoma Humano. Como mismo se intentaba decodificar en el ADN la información genética del hombre, se quería saber cómo el cerebro tiene codificada toda la información de la vida mental", rememora el doctor Valdés.
"Evidentemente tenía que ser, como en el Genoma, un proyecto internacional con la colaboración de toda la comunidad científica. Así se hizo y en el caso de Cuba invitaron al Dr. Pedro Valdés (Subdirector del Centro de Neurociencias) como experto, pero al poco tiempo le mandaron una carta donde le informaban que no podía participar, porque era cubano, y el proyecto estaba financiado por Institutos norteamericanos y con fondos federales".
"Nosotros mantuvimos contacto con los participantes internacionales, pero como no podíamos participar oficialmente, decidimos entonces empezar nuestro propio proyecto de Mapeo Cerebral Humano".
¿En qué consiste el Mapeo?En el diálogo con Cubasí, el científico explicó que el estudio busca "a partir de un gran número de técnicas que permiten visualizar con alto grado de detalle la anatomía cerebral y cómo realiza las funciones mentales, reconstruir un mapa detallado del alambraje del cerebro humano. Y establecer qué papel juega cada región en la vida mental".
“Eso genera una riqueza de información extraordinaria, que permite crear modelos informáticos capaces de ayudar a comprender procesos mentales”.
En ese sentido, la Isla está en una primera etapa: caracterizar el desarrollo del cerebro cubano normal. Para ello se ha registrado una población de entre 15 y hasta casi 60 años de edad, con más de 300 participantes, precisó Valdés.
La muestra cubana constituye "una de las más grandes de su tipo en el mundo", y según anuncia el experto, se preparan para extender el registro a la población en edad infantil y escolar.
Ciencia al servicio de la sociedadAunque el estudio está en un primer momento de análisis de la información, ya se puede hablar de aplicaciones prácticas. "Esta impresionante base de datos se está usando, por ejemplo, para localizar previamente en la corteza cerebral, las alteraciones y zonas dañadas en individuos que tienen una epilepsia intratable y requieren una intervención quirúrgica".
También se prevé “evaluar cuantitivamente el efecto de algunos bioproductos de la industria farmacéutica". Como un adelanto, hoy ya se acompañan algunos ensayos clínicos de la Esclerosis múltiple, para determinar si las placas de tejidos dañados continúan creciendo o no.
Y el impacto futuro del Mapeo en la salud mental de la sociedad cubana es incalculable. Por ejemplo, la caracterización de los individuos en diferentes edades, así como el cambio de la estructura del cerebro en el tiempo, permitirá estudiar y quizás prevenir algunas enfermedades mentales que, se sabe, tienen factores predisponentes desde temprana edad.
Hoy Cuba, a pesar del bloqueo que también impide la adquisición de las supercomputadoras imprescindibles para procesar toda la abundante información, avanza y aplica estos estudios. Una de las pocas naciones que en la actualidad desarrolla investigaciones de este tipo, además de EE.UU., Europa, Australia y Japón.

*Mitchell Valdés Sosa es un personlidad reconocida internacionalmente en el campo de la neurociencia y se ha dedicado básicamente a la investigación. Miembro de la Sociedad Latinoamericana de Neurofisiología y de otras sociedades científicas, profesor honorario de la Universidad de Illinois, ha sido dos veces (1999 y 2003) reconocido con el Premio Nacional de lnvestigación científica Carlos J. Finlay, otorgado por el Consejo de Estado de la República de Cuba.

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