Por Isaac Rosa
Me he hecho un lío. Ya no sé si estamos en el final de la crisis o en el inicio de la recuperación. Aunque también cabe la posibilidad de que sea el inicio del final de la crisis, que la caída se desacelere, o que sea el inicio de la recuperación lo que esté acelerándose. Parece un trabalenguas, pero son frases oídas en los últimos días por parte de gobernantes y organismos económicos.
En algo coinciden todos, con más o menos matices: hemos tocado fondo. La cosa ya no puede caer más, o no mucho más. Es un consuelo saber que ya estamos en el suelo, que de aquí en adelante sólo nos queda subir, o en el peor de los casos quedarnos un año o dos en el subsuelo. Estamos expectantes por saber si la recuperación será en U, en V, en W o en L, que como saben son las formas que puede tomar la curva del PIB.
Mi duda es: ¿cuál es el criterio para saber que en efecto hemos salido de la crisis? Porque lo que veo hasta ahora es que los mismos organismos que no vieron venir la crisis serán los que certifiquen su fin. Y para ello, la referencia que toman es la situación anterior. Es decir, sabremos que hemos salido del agujero cuando nos veamos en las mismas alturas desde las que caímos. Pues vale. Si engañosa era la prosperidad pasada, la recuperación venidera puede ser un bonito espejismo.
Porque por mucho que hablen de nuevos modelos económicos, el objetivo es volver por donde solíamos. Consumo, crédito, ladrillo y bolsas a toda máquina. Eso sí, con bancos más fuertes, concentrados y saneados, y con alguna reforma para que no se diga. Una vez pasado el susto, nos olvidaremos de las promesas. Porque cuando la locomotora coja velocidad otra vez, a ver quién es el guapo que la cambia de vía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario