Por Daynet Rodríguez Sotomayor
"La cubanidad... ¿es amor fraternal? ¿Lo que decide el amor fraternal es haber nacido sobre un mismo suelo o bajo un mismo cielo, o por el contrario, los intereses económicos, personales y grupales, que se van creando a lo largo de la vida, y bajo condiciones extremas?"... se pregunta en un artículo publicado hoy en Progreso Semanal, el escritor cubano Eliades Acosta Matos. Su reflexión es a propósito del secuestro en Cancún de 12 cubanos a manos de otros cubanos que allí se dedican al tráfico de personas. Pero la pregunta se me ha quedado martillando, dándome vueltas, porque desde anoche estoy siguiendo en los blogs los sucesos del duelo más famoso de La Habana: el de Macho Rico contra... una multitud de jóvenes universitarios que lo hizo correr, según vi en las imágenes. Nunca he tratado de explicarme qué es la cubanidad. La siento tan natural e inasible, que ahora mismo no encuentro "la" respuesta para esas interrogantes de Eliades. Pero por esa misma elasticidad del término, creo que caben ahí todos los que nacimos bajo esta misma tierra y nos mueve más que el egoísmo, la solidaridad; y el amor al prójimo más que los intereses personales - sin perder de vista que los intereses personales también deben verse realizados. Y para eso no importa el cielo del mundo que nos esté cobijando. Pero el término se me resiste a los personajes como Macho Rico, que se excluyen a sí mismos del proyecto y del destino colectivo. Personajes nacidos aquí, pero con un "amor fraternal" que no mira a sus compatriotas, sino a quienes les dictan el libreto desde EE.UU., y les llenan el bolsillo y les vacían el alma. Se me resiste el término, más tienen el derecho de elegir y no por eso dejan de ser cubanos. Tampoco mercenarios. Y si prefieren una noche de cuchillos largos, si prefieren servir a otro país antes que al suyo, también son enemigos. Y para ellos, no hay "amor fraternal". Ni espacio regalado... Lo que siempre habrá es una conga de pueblo, para ponerlos en fuga...
No merecen llamarse cubanos mercernarios, solo el desprecio
ResponderEliminarTe apoyo, Day, no hay amor fraternal para los clava-cuchillos. ¿O se creen que somos anormales?
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