Un histórico proyecto de ley de salud iba camino al escritorio del presidente Barack Obama para que lo hiciera ley, mientras el Congreso daba los últimos pasos en una lucha de casi un siglo para lograr una cobertura médica que alcance a casi toda la población.
A pasos de triunfar donde numerosos presidentes y legisladores fracasaron antes, los exultantes representantes demócratas lograron la noche del domingo 219 votos a favor ante 212 en contra, para que Obama pueda promulgar el proyecto que extiende la cobertura de salud a 32 millones de estadounidenses que no la tienen, reduce los déficits federales y prohíbe a las aseguradoras negar servicios a quienes están enfermos.
Así es como se ve el cambio'', dijo Obama en declaraciones televisadas que recordaron su promesa de campaña en el 2008 de traer un cambio en el que podemos creer''.
Demostramos que este gobierno, un gobierno del pueblo y para el pueblo, aún funciona para el pueblo'', añadió.
La presidencia de Obama, de apenas poco más de un año, recibió el soplo de aire fresco que necesitaba al aprobarse el proyecto, que tendría consecuencias para prácticamente todos los estadounidenses. La batalla por el futuro del sistema de seguros de salud, un sexto de la economía nacional, generó una oposición monolítica de los republicanos y de activistas conservadores que ahora esperan las elecciones legislativas de noviembre.
Un paquete adicional de cambios propuestos por los representantes demócratas, que acompaña el proyecto principal ya aprobado por el Senado, fue aprobado con 220 votos a favor y 211 en contra. Ahora pasará a la cámara alta, donde podría ser debatido desde el mismo martes. Los senadores oficialistas esperan aprobarlo sin cambios y mandárselo a Obama sin más escalas. Sin embargo, los republicanos intentan presentar objeciones reglamentarias que podrían cambiar el texto y forzar a que sea enviado de nuevo a la cámara baja.
Obama pretende firmar el proyecto principal el martes, aunque aún no es seguro, según un funcionario del Ejecutivo que pidió no ser identificado.
El senador republicano John McCain dijo la mañana del lunes que el debate aún no se termina y que le repelía toda esta euforia que está sucediendo''.
Fuera de la zona de Washington, el pueblo estadounidense está muy enojado'', dijo McCain en el programa Good Morning America'' del canal ABC. No les gusta y lo vamos a rechazar''.
AP
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