martes, 3 de junio de 2014

Objetivo Brasil



Daynet Rodríguez Sotomayor


Cuando el 12 de junio se dé el pitazo inicial del Mundial de Fútbol Brasil 2014 y las ilusiones de millones de personas estén sujetas al ir y venir del balón, atrás habrá quedado un largo camino de clasificatorias para los equipos; y para el anfitrión, meses de arduo trabajo constructivo y logístico, en medio de una intensa campaña mediática contra un país que quiere ser protagonista.

Es una apreciación muy personal, pero cada día, en mi búsqueda de información para Cubasí, he visto titulares y despachos, despliegues gráficos y televisivos, que intentan desprestigiar de alguna forma la capacidad de los brasileños para organizar un evento de esta magnitud. Y no solo el Mundial de Fútbol. Los Juegos Olímpicos, que tendrán por escenario la Ciudad Maravillosa, Río de Janeiro, también han sido blanco de frecuentes ataques.

Las principales agencias han amplificado, con su legendaria habilidad, las protestas contra Dilma, los supuestos desalojos, las tomas de favelas, las posibles fallas en las infraestructuras, los preparativos de la industria del sexo... Más que destacar las incontables bellezas de un país que parece bendecido, o el entusiasmo de los brasileños por un deporte que allí es pasión y religión, los reporteros insisten, una y otra vez, en encontrar y resaltar las manchas.

Hoy mismo, por ejemplo, publican que el respaldo de los brasileños al Mundial cayó del 58 por ciento, registrado el pasado febrero, al 51 por ciento actual, de acuerdo a una encuesta divulgada este martes por el instituto Ibope, a diez días de que comience el torneo.

Aclaro, no digo que no haya manchas. Como en todos lados. Pero si el Mundial se hubiera celebrado en algún país de los poderosos, la matriz de opinión sería otra. Ya Alemania lo demostró: cuando fueron anfitriones en el 2006 se reforzaron los estereotipos de perfección, puntualidad, estadios impecables, estabilidad social, gobernabilidad, desarrollo... ¿Es que en Alemania no hay corrupción, ni prostitutas?

A menudo escucho a mi alrededor que los esquemas de análisis ricos-pobres, primer mundo-tercer mundo, están obsoletos. El mundo, dicen, ha cambiado. Pero cuando esos mismos esquemas sirven para etiquetarnos, cuando una nación como Brasil organiza un evento múltiple y no le van los adjetivos de perfección, estadios impecables, ni gobernabilidad, tengo que pensar que algunas cosas elementales no han cambiado tanto, sino la manera en que quieren que las miremos.

El Club Bilderberg, puede dar una pista. Entre lo poco que trascendió de la reunión anual del misterioso grupo, me llamó la atención una noticia: sus integrantes se propusieron la defensa a ultranza del modelo unipolar. La confesión es cínica, pero transparente: las principales potencias no van a permitir una nueva correlación de fuerzas. Y en ese sentido, Brasil molesta. Integrante del grupo de concertación Brics, con una economía pujante, un mercado interno de millones de habitantes, que poco a poco va tejiendo su propia red de alianzas, y con una proyección integradora hacia América Latina y el Caribe, el gigante sudamericano puede ser visto como una amenaza de influencia a escala regional, y en un futuro quizás más lejano, mundial. Y la fiesta del fútbol, como los Juegos Olímpicos, son una excelente vitrina para demostrar sus intenciones y posibilidades.

Por todo eso, Brasil huele a peligro. Y aunque el mundo sea una fiesta futbolera, los cañones mediáticos -que equivale a decir, del poder trasnacional-, siguen en guerra, defendiendo "a ultranza" el modelo unipolar. Ellos no han dejado, ni dejarán de disparar.

2 comentarios:

  1. Ibope es parte del conglomerado multimedial O Globo, que a su vez es el "partido de oposición" más fuerte contra el PT en el gobierno...

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  2. Gracias Diego por aportar otra pista!!! Quienes sondean la opinión, son parte de quienes construyen la opinión... es un círculo vicioso, y todos, la misma cosa. Saludos.

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