Orlando Bosch, coautor de la voladura del avión de Cubana en Barbados donde perdieron la vida 73 personas y responsable de otros crímenes contra la isla, falleció este miércoles en Miami, la ciudad refugio de terroristas, sin conocer la aplicación de la justicia. A pesar de su amplio historial, de ser el autor de más de cincuenta atentados tanto en EE.UU. como en otros países, recibió el perdón presidencial de George Bush, el 20 de julio de 1990. Y hasta el final, fue un protegido del gobierno de los Estados Unidos y uno de los símbolos de la doble moral de las administraciones norteamericanas, que cada año elaboran sus listas de países patrocinadores del terrorismo y mantiene presos a los Cinco, mientras acogen en su seno a personajes como Bosch o Luis Posada Carriles. El propio Bosch jamás mostró remordimiento por sus actos; más bien se jactaba de ellos. Y pregonaba la violencia con su llamado a luchar "con todos los medios y métodos necesarios". Sus víctimas ya no podrán esperar justicia; pero su imagen - de por sí repulsiva- quedará siempre como el símbolo de la impunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario