miércoles, 30 de marzo de 2011
Yoani Sánchez y James Carter dialogan sobre las "redes civiles" en Cuba
Por M. H. Lagarde
La bloguera Yoani Sánchez, además de algunas Damas de Blanco y varios mercenarios recientemente excarcelados del llamado grupo de los 75, sin tener en cuenta los distingos trazados por un cable recién develado por Wikileaks, conversarán en La Habana con el expresidente norteamericano James Carter.
El encuentro del ex mandatario y los mercenarios cubanos a los que Hillary Clinton llama, eufemísticamente, y acorde a los términos de la diplomacia pública que preconiza el Departamento de Estado que ella dirige: “sociedad civil”, servirá para confirmar, una vez más, quiénes son los amos y quiénes los empleados.
Luego que la transmisión del capítulo "Ciberguerra" de la serie Las Razones de Cuba dejara al descubierto la relación existente entre los blogueros mercenarios cubanos con varias de las sedes diplomáticas en La Habana, así como con personajes al servicio de la inteligencia norteamericana camuflados tras la cobertura de alguna “solidaria” Fundación, los supuestos “periodistas ciudadanos” implicados en la denuncia solo han atinado a justificar su accionar con lo inocuo e irrelevante que, “en cualquier lugar del mundo”, resulta el hecho que un ciudadano común pueda relacionarse con el personal diplomático destacado en el idílico país que solo existe en la geografía de sus mentiras.
Lo que no han dicho todavía los blogueros puestos al desnudo en “Ciberguerra” es que Cuba, por la voluntad manifiesta del gobierno de Estados Unidos, no es, desde hace 50 años, un país normal.
Para que Cuba sea, como todo el mundo probablemente desee, uno de esos países de “en cualquier parte del mundo”, lo primero que tendría que ocurrir es que el gobierno de Estados Unidos cese el criminal bloqueo económico que le sirve de caldo de cultivo para generar mercenarios prestos a blasfemar, en cuanto medio de difusión el imperio disponga, sobre el fracaso del socialismo en Cuba.
Lo otro que no han dicho, ni dirán, los blogueros mercenarios es que las embajadas por ellos frecuentadas no son precisamente las que mantienen una relación de respeto para con el pueblo y el gobierno cubano, sino aquellas que, en franca violación del Convenio de Viena, usan sus sedes para el aseguramiento logístico, preparación y entrenamiento de los agentes subversivos destinados a conseguir el tipo de cambio que los Estados Unidos, y sus lacayos europeos, añoran para la Isla.
Tampoco han dicho los blogueros que algunos de ellos no son, para nada, ciudadanos comunes.
Alguien como Yoani Sánchez, a quien en solo dos años se le ha recompensado su labor difamatoria contra la Revolución cubana con un sin número de premios -sin obra que los merezca- , y cuyo monto ya alcanza el medio millón de dólares, no es para nada una ciudadana común, no solo en Cuba, sino en ninguna parte.
Yoani Sánchez es, simplemente, un engendro mediático creado en los laboratorios de Langley para, ahora en las redes sociales, reeditar el fracasado y derrochador experimento de miles de horas semanales de transmisiones televisivas y radiales que el gobierno estadounidense financió en Radio TV Martí, con el dinero de sus contribuyentes, a un costo de 700 millones de dólares.
Como ya se sabe, el gobierno de Estados Unidos, en el caso de Cuba, suele perseverar en sus errores.
Así que nadie se asombre cuando, al finalizar el encuentro entre blogueros, Damas de Blanco, mercenarios ex carcelados y el ex presidente norteamericano, alguien asegure que el principal tema de la conversación versó sobre el recién celebrado quinto aniversario de Twitter y las indiscutibles bondades de la plataforma Wordpress.
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