"Ser revolucionario hoy es ser consciente de todos los problemas que amenazan al mundo , porque a este planeta hay que defenderlo", dijo el reconocido artista cubano José Fúster, en entrevista con AFP.
Famoso por haber transformado su pueblo pesquero de Jaimanitas en un lugar de ensueño, poblado de cerámicas y obras de arte popular que le han valido el sobrenombre de Picasso Naif, Fúster explica de donde salió su vocación y toda esa "locura": "todo comenzó con la Revolución cubana de 1959. Entonces, con apenas 14 años, participó en la campaña de alfabetización lanzada por Fidel Castro y subió a enseñar a la Sierra Maestra, al corazón de lo que fue el bastión de los "barbudos".
"Fue allí que nació mi vocación de artista, donde descubrí un mundo que siempre me sigue a todas partes: la palma, el campesino y su sombrero, el caballo y el gallo", al cual una "Torre del Gallo" rinde tributo en el jardín de su casa de Jaimanitas, una de sus primeras obras monumentales.
Después de haber creado con retazos de losas y vivos colores imágenes para su hogar, los vecinos le fueron pidiendo decoraciones para sus casas y así nacieron "Villa Iris", "Casa de María Bonita", "Casa del Mexicano" o "Princesa Diana", entre otras muchas intervenciones que incluyen parque, consultorio médico, la escuela...
Con una obra ampliamente reconocida en el medio artístico cubano y en galerías de todo el mundo, Fúster explica algunas de sus influencias: "Picasso es mi padre espiritual, Gaudí mi tío preferido, pero mi hermano es Sosabravo", resume a propósito del gran artista cubano Alfredo Sosabravo, Premio Nacional de Artes Plásticas 1998.
Gracias al proyecto comunitario en Jaimanitas, la localidad ha formado parte del circuito de la Bienal de La Habana, mientras que numerosos visitantes se llegan a sus predios cada día para admirar esta especie de barrio gaudí caribeño.
"Heredero de la tradición de grandes ceramistas cubanos -Amelia Peláez, Wifredo Lam, René Portocarrero- se mantuvo fiel a la Revolución, a pesar de sus muchos viajes y exposiciones que lo han honrado en el mundo, desde Estados Unidos hasta la mayoría de países de Europa, pasando por toda América del Sur", reseña AFP.
"El gobierno nunca me dio un peso para mi obra. Es normal, debe ocuparse de la educación, de los servicios de salud, no puede darse el lujo de gastar en gente como yo. Pero siempre ha apoyado mis proyectos".
EN FOTOS: Fúster y su obra
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