lunes, 26 de octubre de 2009

Ejército de obreros de EE.UU. detrás de pocas vacantes


Para cada empleo que se abre en el sector de la construcción estadounidense hay más de 20 personas haciendo fila para solicitarlo.
Pocas estadísticas ilustran tan bien la gravedad de la recesión estadounidense como la enorme brecha entre quienes buscan empleo y los puestos disponibles en el mercado, destacando la lucha del presidente Barack Obama por contener las pérdidas de empleos desde que asumió su cargo en enero.
Una investigación de Andrew Sum, economista laboral de Northeastern University, en Boston, muestra que el radio de personas desempleadas y los puestos vacantes en Estados Unidos se ha ampliado a 5,7 a uno en agosto de este año, desde 1,2 a uno en diciembre del 2000.
Para los empleados de la construcción ese radio es mucho más alarmante, con 22,1 a uno, mientras que en el sector manufacturero la relación es de 13 desempleados por un puesto de trabajo. En diciembre del 2000 estos mismos radios eran de 3,5 y 1,7 respectivamente.
"Lo que estamos diciendo básicamente es que hay un excedente masivo de trabajadores en Estados Unidos (...) y la clase trabajadora está siendo aplastada", dijo Sum.
Jeff Switalski, un plomero de 40 años que vive en Chicago, es un buen testigo de estas tensiones, pues ha estado sin empleo por varios meses.
"No sé qué voy a hacer. ¿Cambiar de profesión? ¿Qué puedo ser? ¿Vigilante de un centro comercial? ¿Informático? Hay millones de personas esperando para regresar a esos trabajos", comentó.
La clase trabajadora estadounidense ha absorbido los golpes por décadas, con los salarios estancados o reduciéndose a medida que los empleos en el sector manufacturero fueron mudados al exterior.
IMPACTO POLÍTICO
El descontento actual entre los trabajadores, con cientos de personas detrás de las pocas vacantes, podría ser muy costoso para el Partido Demócrata del presidente Obama en las elecciones legislativas del próximo año, y podría amenazar la mayoría del partido en ambas cámaras del Congreso estadounidense.
Obama llegó al Gobierno con la economía en una caída libre que comenzó bajo el mandato del ex presidente George W. Bush.
Desde el inicio de la recesión en diciembre del 2007, el número de desempleados ha aumentado en 7,6 millones de personas a un total de 15,1 millones, y la tasa de desocupación se ha duplicado al 9,8%.
En febrero, Obama presionó al Congreso para la aprobación de un plan de estímulo por 787 000 millones de dólares que le permitiera respaldar su promesa de crear cuatro millones de empleos para el 2010, pero los analistas discrepan sobre el impacto de la medida.
La tasa mensual de pérdidas de empleo ha disminuido desde 740 000 en enero a cerca de 260 000 en septiembre, pero el porcentaje de desocupados aún sigue en alza y se acerca al 10%. Muchos economistas prevén una recuperación muy lenta en el mercado laboral.
El Gobierno se ha visto presionado para extender un incentivo fiscal para los compradores de casas por primera vez que ayudaría a evitar pérdidas de empleos en el sector de la construcción, y el miércoles Washington lanzó medidas para alentar los préstamos a las pequeñas empresas, que son consideradas motor del crecimiento laboral.
Activistas demócratas luchan por evitar una fuga del partido de los hombres de la clase trabajadora, pero una nueva sensación de inseguridad ha surgido en este grupo.
Jay Childs, de 39 años y que perdió su empleo como supervisor de una empresa constructora en la zona de Kansas, dijo que tenía pocas esperanzas de encontrar un nuevo trabajo en el sector en un tiempo cercano. "Prácticamente no hay nada allá afuera", afirmó.
PEOR SITUACIÓN DESDE LA GRAN DEPRESIÓN
Sum señaló, basado en las estadísticas del Departamento de Trabajo, que la diferencia entre personas que buscan empleo y las ofertas laborales probablemente no había sido tan grande desde la Gran Depresión de los años 30.
Los analistas han señalado que las personas han estado desempleadas por más tiempo durante esta recesión que en periodos anteriores. Datos del Departamento de Trabajo muestran que más de un tercio de los desempleados ha estado sin trabajar por más de seis meses.
En Tucson, Arizona, un estado que según la Asociación General de Contratistas Estadounidenses (AGCA por sus siglas en inglés) ha perdido cerca del 25% de sus empleos en la construcción durante los últimos meses, Rubén Ibáñez, de 41 años, revisa las ofertas de empleo en un periódico de distribución gratuita mientras espera a la salida de un supermercado. "Estoy buscando trabajo, pero es muy difícil. Donde quiera que uno busca no hay (...) construcción, jardinería, nadie está contratando trabajadores", afirmó.
Con cinco centavos en sus bolsillos y una foto de su esposa embarazada en su billetera, Ibáñez no está en posición de esperar por la recuperación.
Tomado de un análisis de Reuters

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