jueves, 7 de octubre de 2010

Jesús, te invoca el Tea Party

Por Guy Adams

Están en contra del aborto, los inmigrantes, el gasto gubernamental, la reforma de la salud y del mismísimo Barack “Hussein” Obama. Representan la base electoral ultraconservadora, de cara a las elecciones de noviembre.


“Señor, te rogamos por nuestros candidatos”, dice el vocero e inicia una oración religiosa. “Te pedimos que los ayudes y afectes a los demócratas. Te pedimos que vayas contra los progres, el Senado, el Congreso y que lleves a los estadounidenses a las urnas. Déjalos votar por tu gloria, bajo el precioso nombre de Jesús.” Era la tarde del domingo en un centro comunitario cerca de Las Vegas y los republicanos del estado de Nevada realizaron un encuentro municipal.
Después de decirle “amén” a la plegaria política, leída por el pastor conservador Natalie Yafari, los asambleístas cantaron. Más tarde, se sentaron y aplaudieron prolijamente a las doce personas que subieron a hablar al escenario y explicaron la plataforma republicana para las próximas elecciones de noviembre. Dijeron: que los impuestos están mal; que el excesivo gasto gubernamental está fuera de control; que la reforma de salud debe ser revocada; los inmigrantes ilegales; el aborto; el matrimonio entre personas del mismo sexo, y que debían detener a Barack “Hussein” Obama. Las cosas buenas, al juzgar por la reacción de la multitud, incluían a Dios, las armas y la Constitución de los Estados Unidos.
El cronista está entre los integrantes del Tea Party, el movimiento de base que apareció para dominar el discurso de los republicanos. Nevada es actualmente el campo de batalla de una de las disputas más totémicas. El demócrata Harry Reid, que es líder del partido en el Senado, está luchando para mantener su banca. Quien compite con el político que lleva 24 años en el Congreso estadounidense es la republicana Sharron Angle, candidata del extremista Tea Party.
En los papeles, la elección debería ser pan comido para los republicanos. Reid es profundamente antipopular, tiene un índice de popularidad que ronda el 40 por ciento. Los votantes están desencantados con los demócratas, a los que culpan por las tasas de desempleo que trepan al 14 por ciento y por la más alta cantidad de ejecuciones hipotecarias en todo el país. Pero todavía las urnas están cabeza a cabeza. La razón: La postura extrema de Angle en el espectro político, que la ayudó a ganar la primaria republicana, pero que ha sido una debilidad desde entonces para reclutar votantes por fuera del partido.
Angle se opone a todos los impuestos. Le gustaría prohibir el aborto, aun en casos de violación. Quiere privatizar la seguridad social, desmantelar la reforma de salud, incrementar los derechos de los portadores de armas y retirar a los Estados Unidos de las Naciones Unidas. Sin decir que cree que el calentamiento global es una farsa y que estaría dispuesta a enviar a los inmigrantes ilegales de vuelta al lugar del que vinieron.
Esas visiones caen bien en los círculos partidarios. “Sharron Angle es una verdadera conservadora, que cree en la Constitución de los Estados Unidos”, la define Johnny Jackson, un activista republicano. “Ella sería la única que haría algo con los mexicanos que nos inundan. Los ingleses deberían entender cómo nos sentimos, ya que tienen un problema similar con los musulmanes”, agregó el seguidor de Angle.
Pero algunas de las posturas más osadas de Angle y de sus seguidores son las que, por ahora, lo mantienen a Reid en carrera. Sus avisos de campaña dicen que Angle “no es sólo extremista, sino que también es peligrosa”. En el periódico The New Republic (La Nueva República), Jonathan Chait la definió como “una verdadera lunática”. El presidente del Tea Party, Syd James, debió renunciar ayer después de que apareciera una grabación de Angle criticando a los líderes del Partido Republicano.
Con tanto en juego, se podría pensar que la candidata del Tea Party debería estar pendiente de la campaña. Pero en las últimas semanas decayó, apareciendo sin ser anunciada en eventos y dando pocas entrevistas. La política está basada en la simple realidad: cada vez que Sharron Angle abre la boca, mete la pata. Al principio de la campaña, la católica conservadora preguntó por qué se debía enseñar en las escuelas la teoría de la evolución. También llegó a afirmar que los beneficios que recibían los desempleados los habían “malcriado”. Una de sus últimas raras apariciones públicas, en una escuela secundaria luterana, terminó con sus seguidores y sus oponentes a los golpes.
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