martes, 9 de agosto de 2011

Otro Lunes negro


Los temores a una recesión en la economía mundial contagiaron a todos los mercados del planeta. El mayor desplome se verificó en Wall Street, con un retroceso de 5,6 por ciento del índice industrial Dow Jones, la peor caída en tres años. Más temprano, las Bolsas europeas habían finalizado con pérdidas de entre 2,5 y 5,0 por ciento, hasta ubicarse en sus mínimos en dos años. Las declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama, ratificando la solvencia financiera de su país y el acuerdo de los representantes del G-7 para realizar una nueva inyección en los mercados no apaciguaron la estampida de ventas. En contraposición, la liquidez volvió a buscar refugio en el oro, que superó la barrera de los 1700 dólares la onza troy, y paradójicamente en los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
La degradación de la calificación de la deuda soberana en Estados Unidos reavivó el pánico de los inversores. “Los mercados se elevarán y caerán, pero esto es Estados Unidos. No importa lo que diga una agencia crediticia, siempre hemos sido y seremos un país AAA”, señaló Obama en un discurso desde la Casa Blanca. Standard & Poor’s rebajó la nota a AA, por primera vez en la historia, mientras que Moody’s amenaza con hacer lo mismo (ver página 6). La degradación de la nota no tomó por sorpresa a los inversores, pero el plan de ajuste que presentó Estados Unidos para evitar esa situación generó serios interrogantes. El ajuste, tal como acordaron republicanos y demócratas, podría causar una recesión en la mayor economía del mundo.
A esto se suma la delicada situación que viven varios países del Viejo Continente, en particular Italia y España. Lo que se ve es un ciclo vicioso entre Estados Unidos y Europa. La mitad de las empresas estadounidenses tienen sede en Europa, y un cuarto son coadministradas por representantes de ambos territorios. La caída en el consumo de cualquiera de esas economías va a afectar en el futuro los balances de los mayores grupos empresarios del mundo. Esto explica en alguna medida la avalancha de ventas de acciones en Nueva York y en plazas europeas. En Wall Street, además del Dow Jones, se destacó el retroceso de índice tecnológico Nasdaq, 6,9 por ciento, y el ampliado S&P500, 6,6 por ciento. En Europa, los retrocesos estuvieron liderados por las Bolsas de Atenas (con 5,9 por ciento), Francfort (5,1), París (4,7), Londres (2,6), Madrid (2,4) y Milán (2,3).
La inestabilidad también se vio en el mercado cambiario. La tendencia de la divisa estadounidense es a la depreciación, pero no exhibe grandes movimientos ante el euro, dado que la economía en la región también se encuentra en dificultades. De hecho, los informes de varias consultoras apuntan a una crisis del euro en dos o tres años. Ayer la moneda comunitaria se mantuvo en 1,417 dólares. La expectativa estará puesta en lo que suceda hoy tras la reunión del comité de política monetaria de la Reserva Federal. Los inversores descuentan que mantendrá la tasa interbancaria de referencia en torno del 0 por ciento.
Agencias

No hay comentarios:

Publicar un comentario