Muestra de pinturas, instalaciones, esculturas, videos perfomáticos, tatuadores y tatuados, y música, mucha música... una propuesta de paz y amor convocada por esa Fábrica de Arte de X Alfonso, a la que cientos de jóvenes no pudieron resistirse. La Cabaña era hoy, en el primer día de Festival, un hervidero de arte donde confluían el pop, lo surreal, lo abstracto, lo figurativo... para conformar un paisaje, una zona de la cultura contemporánea cubana, incisiva y punzante, que dejó la escena lista para el concierto de la noche. Desde el otro lado de la bahía, y tras el cañonazo de las nueve, ya La Cabaña sonaba a rock, hip hop, techno... Cuba sigue cobijando, y dando, paz y amor. Les dejo mis fotos, tomadas con el CELULAR (así que disculpen).
Al final de la tarde, los jóvenes comienzan a llegar a la plaza de La Cabaña.
Se afinan los instrumentos, se ajusta el sonido... en la noche, el concierto.
Ele Valdés, a quien sorprendí leyendo La Calle del Medio.
El arte del tatuaje también tiene su espacio en Peace and Love
Y en las galerías interiores de La Cabaña, la muestra de jóvenes artistas cubanos.
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