Daynet Rodríguez Sotomayor
Como trasfondo de la guerra civil en Ucrania, un interesante escenario de reconfiguración de las relaciones internacionales, existen fuertes intereses geoestratégicos y geopolíticos, que como fichas en un juego de ajedrez, están pulsando el conflicto.
Por ejemplo, lo que muchos medios ya llaman la guerra de los gasoductos. Hoy RT cita las declaraciones de un politólogo ruso, Yevgueni Satanovski, sobre el torpedeo constante de EE.UU. y la Unión Europea al gasoducto South Stream, una noticia que en realidad no sorprende a nadie pero sí añade elementos al análisis.
Según el experto, Washington y Bruselas utilizan todas las medidas posibles para obligar a Rusia a mantener el tránsito de gas natural a través de Ucrania y debilitar así sus posiciones. Si Rusia sigue suministrando gas a Europa a través de Ucrania, de manera directa o indirecta el financiamiento correrá a cargo de Moscú, que va a encontrarse desde el punto de vista militar y político en la órbita de Washington y Bruselas.
"El gasoducto Nord Stream funciona y no se puede suspender su tránsito, pero en cambio el South Stream es 'torpedeado' por la Comisión Europea y el Departamento de Estado de EE.UU. de todas las maneras posibles", agrega el analista.
¿Cuáles son los gasoductos "en guerra", para entender un poco el fenómeno? Son básicamente, tres. De un lado, el proyecto Nord Stream, ya concluido, que conecta Alemania y Rusia a través del Mar Báltico y constituye la principal fuente de suministros energéticos hacia Europa. Como resultado, la empresa rusa Gazprom vende el 41% del consumo de gas europeo.
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lunes, 30 de junio de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
Putin: En Ucrania "hay una verdadera guerra civil"
La crisis en Ucrania se ha convertido en "una verdadera guerra civil", dijo este viernes el presidente ruso Vladimir Putin, al participar en el Foro Económico de San Petersburgo (noroeste de Rusia).
Según un despacho de AFP, Putin culpó de esta crisis a Washington por respaldar la destitución del expresidente Viktor Yanukovich.
"La crisis ucraniana se desencadenó porque Yanukovich aplazó el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Siguió un golpe de Estado respaldado por nuestros amigos estadounidenses y el resultado es el caos y una verdadera guerra civil", reseñó el mandatario ruso.
lunes, 12 de mayo de 2014
Mercenarios de Blackwater, ahora en Ucrania
Según el diario alemán 'Bild am Sonntag', sí, los hay. Existen alrededor de 400 mercenarios estadounidenses de la empresa militar privada Academi, antes conocida como Blackwater, en territorio ucraniano, y su obejtivo es la lucha contra los partidarios de federalización en el sureste de ese país.
"Al lado del Ejército y de la policía ucraniana operan 400 combatientes de la empresa de seguridad privada de EE.UU. Academi", revela el diario en un reporte de RT, remitiéndose a información del Servicio de Inteligencia Federal (BND, por sus siglas en alemán). La empresa militar Academi es un ejército de mercenarios que se involucra en las operaciones militares de EE.UU. en el exterior.
El periódico sugiere que los combatientes de Academi podrían participar en la coordinación de las operaciones que el Ejército y la Guardia Nacional de Ucrania realizan contra los partidarios de la federación en el sureste del país, en particular, en la ciudad de Slaviansk, continúa el despacho de la televisora rusa.
martes, 20 de septiembre de 2011
'Turismo nuclear' en Chernóbyl: ¿lección o negocio?
Prípiat, la ciudad fantasma más afectada por la catástrofe nuclear de Chernóbyl que tuvo lugar en 1986, desde hace tiempo ofrece a los que lo deseen un tipo de turismo especial, conocido como ‘turismo nuclear’. Ahora la Fiscalía General de Ucrania planea prohibir este pasatiempo. Mientras algunos consideran la zona como peligrosa, otros creen que las excursiones a esta localidad pueden ayudar a no repetir los errores del pasado.
Las visitas a Prípiat son guiadas, entre otros, por Alexánder Sirotá, un ex residente de la ciudad. Cuenta que la gente tiene diferentes razones para viajar al peligroso lugar. Unos quieren ver cómo será el fin del mundo, otros quieren sentir la historia. Para muchos esto es su infancia: una atmósfera que se conserva desde la época de la URSS. Pero para él lo más importante no es el por qué vienen, sino qué efecto tiene en la gente estar en este lugar.
Esta zona resulta muy atractiva para aquellos que parecen no temer ni tener en cuenta la radiación, que 25 años después de lo sucedido todavía supera los niveles aceptables para la salud. El flujo de visitantes ha aumentado este año debido al aniversario del desastre atómico. A los aficionados a la historia no les basta con ver el museo de Chernóbyl en Kíev, que cuenta con numerosos objetos que fueron “testigos” de la tragedia: quieren más.
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