Uno de cada seis iraquíes es huérfano. Esa es la cifra de niños iraquíes que están pagando el precio de vivir en un país que está bajo la ocupación y, según dicen, bajo la protección de la única superpotencia del mundo.
No todos los huérfanos son el resultado de la violencia que barrió el país tras la invasión estadounidense de 2003.
Pero la invasión ha obsequiado de indecibles miserias a los iraquíes, superando las que les infligieron sus anteriores torturadores, la camarilla que gobernaba Iraq bajo Saddam Hussein.
Disponíamos ya de informes extraoficiales de que Iraq se había convertido en un país de huérfanos. Pero la cifra exacta sólo se ha hecho recientemente realidad al publicar el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales sus propias estadísticas.
Estas estadísticas indican una situación demográfica muy peligrosa, con graves consecuencias sociales, sanitarias y económicas en un país que todavía carece de infraestructuras básicas.
Eso es lo que están experimentando los iraquíes sin voz. Sus ocupantes estadounidenses están saliendo a la carrera y a sus gobernantes iraquíes les tienen prácticamente sin cuidado su sustento y bienestar.
En un país plagado de violencia como es Iraq, donde los marines estadounidenses con chalecos y vehículos blindados no se sienten seguros, no hay demasiado lugar para un huérfano.
Cientos de miles de niños huérfanos viven en la calle. No hay sistema de seguridad social alguno que pueda velar por ellos.
En cuanto a quién asesinó a sus padres, esa es una cuestión totalmente diferente.
Puede que fueran víctimas de un tiroteo o bombardeo indiscriminado por parte de los marines de EEUU, de sus guardias de seguridad o de los múltiples y variados grupos de milicias que EEUU ayudó a prosperar y a multiplicarse como hongos.
Si consideramos las cifras de huérfanos iraquíes en relación con la población estadounidense, que es de 308 millones, los cinco millones de huérfanos iraquíes equivaldrían casi a cincuenta millones de huérfanos estadounidenses. Imagínense ciudades importantes de EEUU como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Houston, Phoenix y Filadelfia totalmente habitadas por huérfanos.
Hay tantas historias en Iraq que a sus ocupantes y gobernantes, y por desgracia, también a los medios internacionales, les gustaría mantener ocultas.
Tratar tan sólo de imaginar ese inmenso número de huérfanos, más del 16% de la población iraquí, casi la mitad de sus niños, es realmente devastador.
Fuente:
http://www.azzaman.com/english/index.asp?fname=news\2010-09-13\kurd.htm
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