viernes, 6 de agosto de 2010

El Pentágono sigue intentando tapar la filtración

El Pentágono exigió a la página web Wikileaks que “devuelva inmediatamente” los más de 15.000 documentos militares sobre la guerra de Afganistán que aún no ha publicado y que borre de su portal los más de 77.000 que ya ha divulgado, dijo ayer su portavoz, Geoff Morrell. En conferencia de prensa, Morrell criticó la publicación en la web, el pasado 25 de julio, de miles de documentos sobre la guerra de Afganistán.
“Ya ha amenazado la seguridad de nuestras tropas, nuestros aliados y los ciudadanos afganos que nos están ayudando a llevar paz y estabilidad a esa región del mundo”, opinó. “El único paso aceptable ahora es que Wikileaks dé los pasos necesarios para devolver todas las versiones de todos los documentos al gobierno de Estados Unidos y borrarlas permanentemente de su página web, sus ordenadores y sus archivos.”
El portavoz del Pentágono reconoció que la agencia tiene “algún tipo de idea” de cuáles son, exactamente, los 15.000 documentos que la página web no ha publicado, pero dijo que no lo sabe “con seguridad”. Desde la publicación de los documentos, en su mayor parte informes de campo de los soldados estadounidenses, el gobierno de EE.UU. ha reiterado que las consecuencias de la filtración pueden ser muy peligrosas, por cuanto se revelan nombres de fuentes, identidades de soldados y métodos operativos a los que los talibán pueden acceder con facilidad.
El principal sospechoso hasta ahora es el analista de inteligencia del ejército Bradley Manning, de 22 años, quien ya se encontraba detenido en una base militar en Kuwait, tras otra filtración en mayo, y ha sido trasladado a otra prisión en Virginia.
El ex pirata informático que denunció a Manning, Adrian Lamo, alertó esta semana a las autoridades sobre la pista de dos estudiantes del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), a los que acusa de colaborar en la filtración de documentos.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen, aseguró la semana pasada que el dueño de Wikileaks, Julian Assange, podría “tener ya las manos manchadas de sangre” de soldados estadounidenses y de personal afgano. El Pentágono tiene una investigación abierta, junto con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), para identificar a la persona que filtró los documentos, que denuncian desde muertes de civiles no divulgadas hasta la posible colaboración de los servicios secretos de Pakistán con los talibán.
“Assange debería hacer lo correcto”, lo conminó el vocero del Pentágono.
Pagina12

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