viernes, 24 de julio de 2009

Hondureños desafían retenes militares para esperar a Zelaya


La maestra Karen Palencia pasó la noche en el asiento de un automóvil y este viernes no pudo desayunar, pero estaba feliz porque pensaba que pronto cumpliría su anhelo de ver regresar a Honduras al presidente Manuel Zelaya.
Palencia es una de tantos seguidores de "Mel" Zelaya que pretendían llegar a la frontera con Nicaragua para dar la bienvenida al presidente legítimo de Honduras, pero no pudieron debido a que los militares bloquearon la ruta a 10 kilómetros del límite.
Centenares de hondureños que viajaron en autobuses y automóviles permanecían el viernes en El Paraíso, mientras una fila de policías y militares armados con fusiles impedía a vehículos y peatones avanzar hacia la frontera.
Solo los periodistas fueron autorizados a seguir hasta el pueblo Las Manos, situado en el límite con Nicaragua, desde donde Zelaya pretende volver a su país, casi cuatro semanas después del golpe de Estado que lo sacó del poder.
"No es la (policía) preventiva la que nos está parando, son los militares, armados", dijo Palencia a la AFP.
La maestra partió el jueves de Tegucigalpa en auto junto a unos colegas y llegó a El Paraíso por la noche, cuando ya regía el toque de queda de 12 horas impuesto por el gobierno de facto de Roberto Micheletti en la zona fronteriza con Nicaragua.
"Dormimos en el asiento del carro porque con el toque de queda nadie (en hoteles o pensiones) nos quiso abrir", contó Palencia, quien dijo temer que los militares y policías antimotines pudieran reprimir violentamente a los manifestantes.
"Nosotros vamos rumbo para la frontera, pero aquí hay resistencia (barreras militares). Estamos esperando más gente para irnos todos", dijo Alfredo Cubón, un pequeño comerciante que cruzó todo el país desde Colón, en la costa norte, para llegar a la frontera con Nicaragua, en el sur.
Decenas de "zelayistas" optaron por eludir la barrera militar caminando por rutas laterales de tierra ("caminos de herradura") para intentar alcanzar Las Manos, donde está el paso a Nicaragua, que mantiene abierta su frontera con Honduras.
La tensión entre los manifestantes y los militares y policías antimotines crecía a cada minuto y algunos "zelayistas" dijeron que temían que pudiera haber "vergueo" (disturbios violentos) en El Paraíso, un apacible pueblo de 20.000 habitantes, en una zona agrícola donde se cultiva principalmente café.
"Un capitán nos dijo que tengamos paciencia, que no tienen orden de disparar, pero así decían el día del aeropuerto (de Toncontín en Tegucigalpa) y luego dispararon y mataron gente", dijo Palencia evocando las manifestaciones del 5 de julio, en las que murió un joven de 19 años cerca de la terminal aérea, cuando Zelaya intentó aterrizar infructuosamente en un avión venezolano.
AFP

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