lunes, 31 de agosto de 2009
Londres. El legado ficticio de los Juegos Olímpicos
Domingo, cinco de la tarde. Victoria Park Road, este de Londres. Cinco agentes de Policía paran a un adolescente de rasgos paquistaníes, lo registran y cuando comprueban que no lleva nada ilegal encima, lo dejan marchar. Psicosis de inseguridad en la comunidad de Hackney. En el último año y medio se han cometido en el distrito 17 asesinatos. La Organización de los Juegos de 2012, que construye allí el Parque Olímpico, descansa pensando que el legado que prometió a los barrios del este de Londres se está cumpliendo. Nada más lejos.
Desde el cementerio de Abney Park en Stoke Newton, hasta las oficinas, bancos y gente encorbatada de Bishops Gate, pasando por la zona de bares de Hoxton y Shoreditch, la denominada milla de la muerte de Low Clapton y las casas victorianas y bloques de diez pisos de protección oficial de Hackney Wick, británicos, indios, paquistaníes, polacos, africanos, turcos y europeos comparten las calles del barrio sin que quede muy clara la línea entre la supervivencia y la opulencia. La historia más reciente de este distrito del East End está marcada por los contrastes y unos récords que nada tienen que ver con el espíritu olímpico.
Con más de 200.000 habitantes, Hackney acumula un paro del 10,3 % según las últimas estadísticas del Ministerio de Trabajo (el doble de la media del país); los 29.563 delitos que se cometieron en sus calles desde mayo de 2008 lo convierten en el cuarto distrito más peligroso de Londres. También es el cuarto en violaciones (52 desde enero, 222 desde 2007) y el número uno en asaltos a mano armada de la capital, 126 hasta mayo, según las estadísticas de la Policía Metropolitana.
La candidatura de Londres 2012 era una oportunidad histórica para regenerar el East End. Un legado para el este es el eslogan. El proyecto original prometía, entre otras cosas, la creación de 10.000 puestos de trabajo y 10.000 nuevas viviendas de renta baja. Pero no contaron con la crisis financiera. Fallaron los bancos y los inversores y el Gobierno ha tenido que asumir los 9.300 millones que cuesta el sueño olímpico.
¿Pero a qué coste? Al de negociar a la baja. La Villa se levanta entreHackney Wick y Stratford. A Hackney le correspondían 4.000 viviendas, pero ya sólo se construirán 2.187 apartamentos. Los 80.000 asientos del Estadio Olímpico se han quedado en 25.000, por miedo a que ningún inversor se haga cargo del mantenimiento de las instalaciones cuando acaben los Juegos.
Tampoco la creación de empleo va por buen camino. Según el Comité de Desarrollo Económico, Cultura, Deporte y Turismo de la Asamblea de Londres, hasta la fecha sólo 112 personas de los cinco barrios olímpicos (Hackney, Tower&Hamlets, Greenwich, Newham y WalthamForest) han sido contratados por la organización.
Mientras, las grúas trabajan a destajo y la población de Hackney observa con miedo y esperanza cómo se levanta ese oasis de prosperidad que les vendieron. Que el legado no sea más que una película de ficción nunca dependió de ellos.
Agencias
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