La crisis económica mundial da tímidas señales de remisión pero los expertos advierten de que aún sigue en una zona de peligro, a causa del alza del desempleo y de la fragilidad del sistema bancario.
El presidente de EEUU, Barack Obama, alentado por los últimos datos de crecimiento, dijo la semana pasada que Estados Unidos podría estar asistiendo al "inicio del fin de la recesión".
La economía china, por su lado, siguió mostrando un vigoroso crecimiento.
Y los mercados financieros repuntaron después de haber alcanzado a inicios de 2009 sus mínimos niveles en muchos años.
"Hay señales de una desaceleración de la recesión", resumió un ex directivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió el anonimato.
El riesgo de un colapso global, presente tras la quiebra del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers el año pasado, parece ahora lejano.
"Los Estados usarán todos los medios a su alcance para evitar el colapso de un establecimiento financiero", sostiene Cinzia Alcidi, economista del Centre for European Policy Studies, con sede en Bruselas.
"Hemos evitado que se caiga el castillo de naipes de la economía mundial", dijo Elie Cohen, economista del francés CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas).
Pero la situación económica sigue siendo inestable y el fin de la recesión no significa forzosamente el retorno de un crecimiento sustentable.
"La economía mundial va a permanecer estancada en un nivel muy bajo durante mucho tiempo", prevé François Bourguignon, ex vicepresidente del Banco Mundial.
Cohen, por su lado, sostiene que "la crisis fue dominada", pero que "sus efectos serán graves" y dice que pronto llegará "la hora de la verdad" para la economía mundial.
La evolución del índice de desempleo será uno de los principales instrumentos para establecer el diagnóstico.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a finales de este año podría haber 59 millones de desocupados más que a finales de 2007 (un 31%), cuando empezó la crisis, y la tendencia podría continuar pese al fin de la recesión.
"En una economía que deja de contraerse pero que crece débilmente, la desocupación sigue aumentando", dice Bourguignon.
Eso significa que las familias tienen dificultades financieras y que el consumo, uno de los principales motores de la economía, sufre el impacto.
"El crecimiento de la economía mundial ya no se nutrirá artificialmente con el endeudamiento de los hogares estadounidenses", subraya Elie Cohen.
Otra fuente de preocupación se debe a las dificultades de los bancos para apuntalar el crecimiento, sobre todo en Europa, donde las empresas dependen ampliamente del crédito para financiar sus inversiones.
"En Europa hay un riesgo de pérdida masiva de crecimiento si no se aclara las zonas de sombra de los bancos", advierte Nicolas Veron, del centro de estudios Brueghel.
Veron recuerda que Estados Unidos procedió ya al "test de resistencia" de sus bancos.
"Resulta indispensable una clarificación (de la situación de los bancos) para que la inversión privada sustituya a los poderes públicos" que procedieron a intervenciones masivas para mantener con vida a la actividad económica", coincide Cinzia Alcidi.
Los expertos reconocen la utilidad de los abultados paquetes de reactivación lanzados por los gobiernos, pero se alarman por la degradación de las finanzas públicas que acarrean.
Según el FMI, las deudas podrían representar en 2014 el 120% del Producto Interior Bruto (PIB) de los países industrializados, un nivel sumamente elevado, que les dificultaría la búsqueda de financiación en los mercados.
Y en caso de recaída económica mundial, el dilema sería complejo, pues obligaría a los países a "escoger entre nuevas medidas de respaldo que deteriorarían sus finanzas y una ortodoxia financiera que agravaría la situación", apunta Elie Cohen.
EFE
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