En Honduras hay trabajo para el Nobel26 Oct 2009Compartir: “Instamos al gobierno de facto a que permita abrir un camino para el apoyo internacional de las elecciones hondureñas” -Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado-.
Por Isaac Rosa
Imagino que el flamante Nobel de la Paz estará impaciente por encontrar una oportunidad para poner en práctica las virtudes que le han hecho merecedor del galardón. Cual superhéroe pacificador, Obama observa el planeta a la espera de escuchar una llamada de auxilio que le permita lucirse desfaziendo entuertos.
¿Dónde se estrenará? ¿En Palestina, abriendo la enésima Conferencia de Paz? ¿Una guerra olvidada de África? ¿Alguna frontera disputada? No se vaya tan lejos, campeón de la Paz. Le proponemos un plan más asequible y cercano, de ir y volver en el día: Honduras, donde el “diálogo” sigue atascado tras cuatro meses del golpe.
Ya lo intentaron con otro Nobel, el costarricense Oscar Arias. Pero se ve que sus superpoderes están pasados de fecha, y sólo ha conseguido un documento que va de mesa en mesa y nadie firma. En cambio, con Obama tendríamos un Nobel nuevecito, a estrenar, y sobre todo un Nobel como no ha habido ninguno: con poder real, y menudo poder. Y con mucha influencia en el país, y capacidad de presión sobre los golpistas.
Micheletti y los suyos pueden seguir alargando las conversaciones durante semanas, meses. El tiempo juega a su favor, confían en el agotamiento de la resistencia y el relajamiento de la oposición internacional. Saben que cada día que pasa es más irreversible su triunfo, más difícil volver al día antes del golpe. Estados Unidos ha tenido palabras duras contra los golpistas, pero no mucho más, y se rumorea que podrían acabar reconociendo las elecciones de noviembre. Con la dependencia económica, comercial y militar que Honduras tiene hacia Washington, el golpe podría haber caído en horas si quisieran. A ver si el Nobel le dedica un ratito.
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